En la pared externa fueron pintados dos enormes pies desnudos, sucios, signo de un sufrimiento. En la última sala, antes de salir, un video desgarrador, emocionante. La historia íntima, y fuertemente colectiva, de una detenida que sale de cárcel y es libre.
Se sienta en un banco frente al canal de la Giudecca y mira una paloma enferma, tal vez moribunda. La primera es obra de Maurizio Cattelan, "Padre", que recuerda al Cristo muerto de Mantegna, la otra de Marco Perego y Zoe Saldana. Son dos de los artistas invitados a "Con mis ojos", dirigida por Chiara Parisi y Bruno Racine, en el Pabellón de la Santa Sede para la 60 exposición de arte de la Bienal de Venecia.
Es claro, sin embargo, que no son tantas las obras a dictar la escena. Existe el lugar elegido -la cárcel femenina en la isla de Giudecca-, el hecho de que habrá internas que hayan dado su consentimiento para guiar a los visitantes (25 a la vez para un máximo de cuatro por día previa reserva y protocolos necesarios).
Sobre todo es una experiencia que no deja indiferente, que deja muchas preguntas una vez cruzada la puerta de salida.
La visita comienza con la entrega de documentos y teléfono celular, con el encuentro con la "guía". Esta vez es Giulia. Al entrar al café se encuentran las obras de Corita Kent, protagonista del pop-art, activista y feminista. Unica artista no viva. Giulia explica el trabajo. Las referencias a los conceptos de libertad, de recuperación, de cuidado de las personas, de los últimos, volverán varias veces. De alguien que puede haber cometido un error pero sigue siendo una persona.
El colectivo artístico Claire Fontaine -de una de cuyas obras el curador de la Bienal de Arte tomó el título "Extranjero en todas partes"- está presente con dos trabajos. Uno es un golpe al estómago. Es la inscripción en letras azules "Estamos con ustedes en la noche", en el gran patio.
Es un trabajo que tiene algunos años, pero que tiene una fuerza increíble si se piensa que las detenidas lo ven iluminado en el atardecer.
También se encuentran los versos de muchas de las huéspedes de la prisión en las obras creadas por Simone Fatta a lo largo del pasillo exterior que recorre las paredes. Para cerrar, la instalación de Sonia Gomes en la antigua iglesia interna y las pinturas de Claire Tabouret. Son retratos realizados a partir de fotografías personales facilitadas por las internas: de la familia, de cuando eran niñas.
El Pabellón de la Santa Sede, que mira a los últimos con ojos nuevos, será el primer destino de la visita del papa Francisco a Venecia el 28 de abril.
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