(ANSA) PALERMO - Los fiscales de Palermo dijeron hoy que la "omertà", el silencio que protege a los capos mafiosos, que permitió al difunto jefe de la Cosa Nostra, Matteo Messina Denaro, permanecer prófugo de la justicia italiana durante 30 años continúa muchos meses después de su muerte.
    "Como una espesa niebla, la omertà total envuelve todo lo que existía en torno a su figura, sus contactos, sus movimientos y las relaciones que tejió durante sus muchos años de ocultamiento", afirmó la Fiscalía de Palermo dirigida por Maurizio de Lucia.
    El fiscal comentó así el arresto de otros tres sospechosos de formar parte de la red que ayudó al capo en la clandestinidad: un arquitecto y un técnico de radiología del hospital de Mazara del Vallo, acusados ;;de asociación mafiosa, y una tercera persona acusada de participación externa en asociación mafiosa.
    Los carabineros arrestaron al arquitecto Massimo Gentile y al radiólogo Cosimo Leone, por asociación mafiosa, y a Leonardo Gulotta, por complicidad.
    El arquitecto, empleo de la municipalidad, es pariente de Salvatore Gentile, asesino que cumple una cadena perpetua, marido de la histórica amante de Messina Denaro, Laura Bonafede y está acusado de haberle prestado su identidad al capo mafioso para comprar vehículos y poder asegurarlos.
    Cosimo Leone, el radiólogo, le realizó los estudios al capo mafioso en el hospital y Gulotta puso su teléfono a disposición para que pudiera recibir información durante diez años, entre 2007 y 2017.
    El número de personas arrestadas por presunta ayuda al mafioso desde su captura, el 16 de enero de 2023, asciende a 14, incluidos cuatro que han sido condenados.
    Messina Denaro fue capturado cuando salía de una clínica en la que estaba siendo tratado por cáncer, en Palermo. Murió en un hospital de L'Aquila el 25 de septiembre, a los 62 años.
    El jefe de la Cosa Nostra había sido condenado por su participación en decenas de asesinatos, incluidos los atentados de 1992 que mataron a los magistrados antimafia Giovanni Falcone y Paolo Borsellino.
    También fue condenado por el asesinato de Giuseppe Di Matteo, el hijo de 12 años de un mafioso convertido en testigo del Estado, que fue estrangulado y disuelto en ácido en 1996, y por atentados de 1993 con bombas en centros de arte y religiosos en Milán, Florencia y Roma que mataron a 10 personas e hirieron a 40.
   

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