Los ministros de Asuntos Exteriores del G20 llegaron a un acuerdo en apoyo de la creación de un Estado palestino en Medio Oriente, anunció el ministro brasileño de Asuntos Exteriores, Mauro Vieira, durante la rueda de prensa de clausura de los trabajos de la reunión de jefes de diplomacia de las mayores economías del mundo, realizada en Río de Janeiro.
"Se expresó unánimemente la necesidad de una solución de dos Estados" como única solución posible al conflicto", dijo Vieira, en el estreno de Brasil en la Presidencia del bloque.Según el ministro brasileño, "todos los países han expresado su preocupación por el conflicto en curso", especialmente por el riesgo de una posible ampliación.Asimismo, los países del G20 se han manifestado a favor de "la apertura inmediata del acceso humanitario a Gaza que conduzca a un alto el fuego", apuntó Vieira.
El amplio consenso en la reunión del G20 en torno a la solución de dos Estados también fue mencionado por el alto representante de la Unión Europea (UE) para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, quien dijo que la seguridad de Israel depende de la existencia del Estado palestino."Si pudiera resumirlo en una sola frase, diría que todos (en la reunión), y no escuché a nadie en contra, hicieron una fuerte defensa de la solución de los dos Estados", dijo el jefe de la diplomacia europea.
El canciller brasileño dijo igualmente que un gran número de países expresó su preocupación por el actual conflicto en Palestina y por el riesgo de que se extienda a los países vecinos.Agregó que un también elevado número de países pidió la inmediata liberación de los rehenes que continúan en poder de Hamás.
Vieira afirmó que también hubo un amplio consenso sobre la necesidad de reforma a los organismos multilaterales entre las 45 delegaciones que acudieron a la cita de Río -entre miembros del G20, invitados y organizaciones internacionales- 32 de las cuales encabezadas por ministros. "Todos estuvieron de acuerdo en que las principales organizaciones multilaterales, incluyendo ONU, OMC, Banco Mundial y FMI, necesitan de una reforma para adaptarse al mundo actual", apuntó.
La jornada tuvo un momento de alta tensión cuando el Ministro de Relaciones Exteriores británico, David Cameron, dijo, dirigiéndose directamente a su homólogo ruso, Sergei Lavrov, que Rusia mató al opositor Alexei Navalvy y que "tendrá que pagar por ello".Mientras Cameron hablaba, Lavrov evitó el contacto visual y siguió mirando su teléfono móvil. El británico aprovechó su discurso en la cumbre para confrontar a los rusos sobre Navalny, el crítico más destacado de Vladimir Putin, cuya muerte se anunció la semana pasada en una remota prisión del Ártico donde estaba confinado.
También la ministra de Asuntos Exteriores alemana, Annalena Baerbock, criticó a su homólogo. "Si te preocupas por las vidas humanas, si te preocupas por tu propio pueblo, los niños y jóvenes rusos, debes poner fin a esta guerra ahora", dijo la jefa de la diplomacia germana a Lavrov en referencia a Ucrania. Baerbock dijo que la agresión rusa es más que un "conflicto regional".
La guerra de agresión rusa, enfatizó, "nos desafía a todos a defender resueltamente los principios fundamentales que nos protegen a todos en la Carta de las Naciones Unidas, el derecho internacional y los derechos humanos. Estos principios protegen a todas las naciones, sin importar cuán grandes o pequeñas sean".
Los cancilleres del G20 convinieron en la necesidad de avanzar en uno de los tres temas claves presentados por Brasil, que ejerce hasta noviembre próximo la presidencia del organismo. Se trata de la reforma del Consejo de Seguridad de la ONU, hoy integrado por 5 miembros permanentes y otros 10 no permanentes.
Pero el quinteto de países integrado por Estados Unidos, Rusia, China, Francia e Inglaterra, tiene el poder de vetar cualquier resolución en forma individual, lo que acarrea la parálisis. Hubo consensos sobre “incluir nuevos miembros permanentes, sobre todo de América Latina y el Caribe, y de Africa.
La próxima semana habrá otra reunión ministerial del G20, esta vez de ministros de Economía y presidentes de Bancos Centrales. Será en San Pablo, la capital empresarial y financiera de Brasil. (ANSA)
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