"El nuevo acuerdo europeo sobre asilo e inmigración va más allá de Dublín y abre la puerta a una mayor colaboración entre los países europeos para hacer frente a un fenómeno creciente que puede gobernarse de forma ordenada y no desorganizada como ocurre hoy". Así lo afirmó el presidente italiano, Sergio Mattarella, al abrir el nuevo Pacto Europeo sobre los inmigrantes que supera efectivamente el acuerdo de Dublín (la última versión se firmó en 2013), pero que tanta polémica había suscitado en Bruselas con varios partidos que, a pesar de razones a veces opuestas, votaron en contra del texto. Mattarella se pronunció sobre esto durante su visita oficial a Bulgaria, uno de los países del frente este que tiene dificultades para combatir la nueva ruta migratoria de los Balcanes.
El acuerdo ya existe y, como parece entender Mattarella, Europa debe saber utilizarlo bien para poner orden tanto en la gestión de los países de primera entrada como en las relaciones con los países llamados "secundarios". En las reuniones con el presidente búlgaro, Rumen Radev, se habló mucho de Europa y de la seguridad continental. Y hoy el jefe de Estado reiteró lo importante que es para la Unión Europea avanzar en el proceso de integración, pero también entró en detalles hablando de un tema emergente que el ex primer ministro Mario Draghi está abordando para la Comisión de la UE, la competitividad.
"Las decisiones que la UE tendrá que tomar para ser más cohesiva -explicó el jefe de Estado- son decisiones importantes que deben ser cada vez más protagonistas. En la próxima cumbre de la UE hablaremos de competitividad, un elemento que permitirá mayores oportunidades para el futuro de nuestros jóvenes".
Mattarella nunca mencionó el nombre de Mario Draghi, pero las similitudes son claras. Precisamente el martes el ex primer ministro subrayó la urgencia de una integración mayor y más rápida con estas palabras: "no podemos darnos el lujo de poder posponer decisiones, para garantizar la coherencia entre los diferentes instrumentos para relanzar la competitividad de la UE necesitamos un nuevo instrumento estratégico para coordinar las políticas económicas".
En sus conversaciones en Bulgaria, el presidente evidentemente pudo discutir los principales expedientes de la crisis con total acuerdo entre los dirigentes búlgaros. Lo que surgió fue un análisis muy preocupado de la crisis en Medio Oriente, hasta el punto de que Mattarella no ocultó que "el riesgo de que el conflicto se extienda está dramáticamente presente". Por este motivo, los dos presidentes quisieron recordar que la única solución a largo plazo sigue siendo la de "dos pueblos, dos Estados".
Tras reiterar su "pleno apoyo" a Ucrania, Mattarella explicó que la comunidad internacional no debe resignarse a la guerra, sino que debe "seguir obstinadamente todos los caminos para llegar al fin del conflicto y a una paz justa". Por último, la colaboración económica con Sofía está creciendo (el año pasado el comercio fue de 7 mil millones) y también se está fortaleciendo la cooperación militar. "Hemos decidido aumentar la seguridad del flanco este de la OTAN y tenemos proyectos comunes en la industria armamentista", confirmó el presidente búlgaro, Rumen Radev, quien también elogió la gran colaboración con Italia en el seno de la OTAN para defender las fronteras orientales de Europa.
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