Roma, que había ganado por 1-0 en San Siro, derrotó por 2-1 a Milan en el Olímpico y sacó pasaje a seminales en la Europa League, de la que fue finalista en la pasada edición, junto con Atalanta, derrotada por 1-0 de local frente a un Liverpool al que había goleado 3-0 en Anfield.
    Sus rivales serán Bayer Leverkusen, flamante campeón de la Bundesliga que empató 1-1 como visitante de un West Ham al que había derrotado por 2-0 en suelo alemán, y Olympique de Marsella, que se impuso por 4-2 por penales tras superar por 1-0 a un Benfica que lo había superado por 2-1 en territorio luso.
    Como en el duelo de ida que Roma ganó en San Siro (y como lo había hecho en el clásico con Lazio por el campeonato, Gianluca Mancini volvió a decir presente en el marcador a los 12', tras lo cual celebró con dedicatoria al futbolista de Castelfiorentino recientemente fallecido de un infarto en pleno partido.
    "Mattia siempre con nosotros", decía la casaca que elevó al cielo a modo de homenaje a Mattia Giani, hermano de Elia, novio de la hermana de Mancini.
    Pero también fue fundamental el gol que convirtió el argentino Paulo Dybala a los 22', dado que su equipo jugó desde los 31' con uno menos por la expulsión del turco Mehmet Zeki Celik.
    Una falta sobre el portugués Rafael Leao que para el polaco Szymon Marciniak (arbitro de la final del Mundial de Qatar 2022 que Argentina le ganó a Francia) mereció tarjeta roja y obligó a De Rossi a barajar y dar de nuevo.
    Roma, que había tenido contra las cuerdas al Milan de Stefano Pioli, debió ser más cautelosa y tuvo que renunciar al belga Romelu Lukaku, lesionado y reemplazado por el británico Tammy Abraham a los 28', y luego a Dybala, reemplazado a los 43' por el zaguero español Diego Llorente para compensar la defensa.
    A Milan, en el que volvió a ser titular Fikayo Tomori y contó con Leao y con el francés Olivier Giroud, el partido se le había hecho cuesta arriba tras el gol de Mancini (luego de un remate de Lorenzo Pellegrini en el poste) y más aún cuando Dybala marcó el segundo tras un despeje defectuoso.
    Un disparo por encima del travesaño de Ruben Loftus-Cheek había sido la única respuesta del visitante, que estando tres goles abajo en el global se veía obligado a convertir al menos tres para igualar la llave y que con un hombre más pareció animarse.
    Así comenzaron a generarse llegadas en el arco defendido por el belga de ascendencia serbia Mile Sviliar y una falta en el área en la que Milan reclamó penal cuando expiraba el primer capítulo, pero que el VAR determinó que no había sido tal.
    Los siete minutos adicionados en ese período por Marciniak tampoco fueron suficientes para que Milan lograse llegar el descuento, razón por la cual Pioli mandó a jugar en el complemento un equipo más ofensivo apostando a todo o nada.
    Roma, que se había defendido, estuvo cerca de capitalizar los espacios que le concedió su rival y casi marca el tercero en un contragolpe comandado por Stephan El Shaarawy que desperdició Abraham cara a cara con el francés Mike Maignan.
    La búsqueda de Milan tendría premio, aunque en el final del partido, cuando Matteo Gabbia achicó distancias a los 85', tarde como para torcer el rumbo de la historia ante una Roma que se defendió con orden y celebró con el pitazo final.
    El equipo de De Rossi, que tuvo al también campeón mundial argentino Leandro Paredes entre sus titulares, cantó victoria con sus hinchas en un Olímpico colmado por unos 66 mil almas, parte de las cuales simpatizantes de un Milan a cuyo plantel silbaron cuando se acercó a saludarlos.
    Una escena que anticipa un clima caliente en San Siro el lunes en el "Derby della Madonnina" frente a un Inter que avanza rumbo al "scudetto" y que podría definir el futuro de Stefano Pioli al frente del equipo "rossonero", escolta en el campeonato.
    Diametralmente opuesta la situación en una Roma que confirmó a De Rossi como DT para la próxima temporada antes de esta revancha y que celebró un nuevo paso en la Europa League con su público y con el marfileño Evan N'Dicka entreverado con sus compañeros tras el susto del pasado fin de semana, cuando se desmayó en pleno partido con Udinese forzando la suspensión.
    A Roma la espera en semifinales el 2 de mayo (las revanchas se jugarán una semana después) un Bayer Leverkusen en estado de gracia, que con un gol del ingresado Jeremie Frimpong a los 89' y con el argentino Exequiel Palacios en el equipo igualó 1-1 con un West Ham que se había puesto en ventaja con uno del jamaiquino Michail Antonio a los 13' y que tuvo al mexicano Edson Álvarez en el once titular.
    En el duelo que cerró la jornada, Olympique de Marsella, con gol del ingresado camerunés Faris Moumbagna a los 79', igualó la serie con un Benfica y al no poder estirar la ventaja en la prórroga preciso de la definición por penales para asegurar su pasaje.
    Por esa vía, el equipo francés atrapó el último boleto al acertar los cuatro remates, dos de los cuales los convirtieron los argentinos Leonardo Balerdi y Joaquín Correa, junto con el brasileño Luis Henrique y el centroafricano Geoffrey Kondogbia.
    El también argentino Nicolás Otamendi acertó para Benfica, que arrancó con uno malogrado por Antonio Silva y se despidió con el que falló el también campeón mundial argentino Angel Di María (autor de un gol en el partido de ida).
    Olympique de Marsella será el rival de Atalanta, que hizo prevalecer hoy el histórico triunfo por 3-0 en Anfield frente a un Liverpool que se despidió ganándole por un más apretado 1-0 gracias a un gol del egipcio Mohamed Salah, de penal a los 7', en Bergamo y ante unos 15 mil espectadores.
    Nada que hacer para el argentino Juan Musso, titular en el equipo de Gian Piero Gasperini que contó con el brasileño Ederson frente a los "Reds" del alemán Juergen Klopp que tuvieron al campeón mundial argentino Alexis Mac Allister desde el inicio junto con el colombiano Luis Díaz (reemplazado a los 67') y al uruguayo Darwin Núñez, ingresado por Salah a los 66'.
    Atalanta, pese al gol tempranero del "Faraón" que entusiasmó a Liverpool y obligó a Musso a algunas intervenciones acertadas, logró capear el temporal y aseguró su presencia en semifinales del torneo por segunda vez en la historia a 36 años de distancia de aquel equipo que capitaneaba el sueco Glenn Stromberg, hoy presente en el estadio y ovacionado por el público "nerazzurro".
   
   

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