Filippo Inzaghi dejó de ser el entrenador de Salernitana tras la derrota de local y por 3-1 frente a Empoli en un duelo clave por la salvación que abrió la vigésimo cuarta fecha y hundió aún más al equipo de Salerno en el fondo de la tabla.
El club no oficializó aún la salida del ex goleador de Milan y de la selección "azzurra", pero lo anunciaría en las próximas horas, cuando daría a conocer también el nombre de su sucesor, entre los cuales se menciona a Davide Ballardini, despedido por Cremonese en septiembre, y a Leonardo Semplici, que dirigió a Spezia en la pasada temporada.
Inzaghi no logró enderezar el rumbo de un equipo que cosechó apenas 13 unidades en 24 partidos y quedó a seis de distancia de Udinese y de Sassuolo, con uno y dos partidos menos disputados, respectivamente, y apenas por encima de los tres que hoy por hoy perderían la categoría (lote en el que se encuentran Cagliari y Hellas Verona, cinco puntos por encima de Salernitana).
Con Inzaghi como conductor, Salernitana celebró sus únicos dos triunfos en el torneo y logró cuatro de los siete empates que cosechó, pero a su vez sufrió diez de sus 15 derrotas, la última de las cuales el viernes ante un Empoli que salió de la zona roja al mando de Davide Nicola, artífice de la salvación del que ayer fue su rival de turno en la pasada temporada.
Antes de conocerse la noticia de su alejamiento, Inzaghi dirigió la última práctica del plantel esta mañana en el centro deportivo Mary Rosy, mientras el presidente Danilo Iervolino y el director general del club, Walter Sabatini, definían los pasos a seguir y habrían optado por dar un golpe de timón.
Tras la derrota con Empoli, Inzaghi parecía decidido a continuar, pues declaraba: "Lo lamento por el público, por la dirigencia y por el club, soy el primer responsable, pero debemos seguir trabajando porque quedan muchos puntos por disputar (restan otras 14 fechas, Ndr) y tenemos que creer en nosotros".
"En mi carrera tuve momentos lindos y también momentos difíciles y de estos últimos aprendí que hay que hablar menos y arremangarse y trabajar más. Esta gente merecía otro resultado y esta parcialidad merece seguir en primera. El equipo no está rindiendo como esperaba y cada vez que cometemos un error, nos convierten un gol", resumió el DT, que dejó a su equipo en el último escalón, en el extremo opuesto al que ocupa el líder Inter que dirige su hermano Simone.
Su colega Nicola, ex salvador y hoy "verdugo" de Salernitana, destacó por su parte que "el triunfo es importante, pero el camino que queda por delante es largo", reiterando conceptos vertidos en la previa del duelo, al que evitó calificar como de vida o muerte y augurando que sus ex dirigidos consigan mantener la categoría.
Nicola reemplazó a mediados de enero en Empoli a Aurelio Andreazzoli, quien a su vez había sustituido en septiembre del año pasado a Paolo Zanetti, el primero en dejar su cargo en esta temporada de la Serie A.
Un mes más tarde, Inzaghi tomó el lugar del portugués Paulo Sousa en Salernitana y Gabriele Cioffi el de Andrea Sottil en Udinese, en tanto que el francés Rudi Gardia fue el cuarto entrenador despedido del torneo y el último en 2023 al ser reemplazado en noviembre por Walter Mazzarri al frente del plantel del Napoli, último campeón del "Calcio".
A mediados de enero, el portugués José Mourinho dejó la Roma, que parece revitalizada tras el arribo del ex capitán Daniele De Rossi, y hoy se sumó a la lista Inzaghi, aunque hay otros colegas que caminan por la cuerda floja, entre los que se menciona a Alessio Dionisi, de Sassuolo, a Claudio Ranieri, del Cagliari, y a Marco Baroni, de Hellas Verona, estos últimos dos en zona de descenso junto con Salernitana.
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