Una noche de insomnio, la administración de un jarabe para la tos recetado a uno de los niños y un entrenamiento que tuvo una prueba antidoping sorpresa a la mañana siguiente. Así se gestó el positivo del argentino Alejandro "Papu" Gómez por terbutalina, un fármaco que se toma para calmar una crisis de broncoespasmo, cuando era jugador del Sevilla, y que se remonta a la muestra biológica de noviembre de 2022. Todo en los días previos al Mundial que luego ganaría el delantero con la selección Argentina de Lionel Messi.
"La positividad", explicó el club Monza -donde milita actualmente- en una nota esta tarde, "es el resultado de una suposición involuntaria. AC Monza se reserva el derecho de evaluar los próximos pasos procesales." Gómez, de 36 años, llegó como agente libre, acababa de rescindir su contrato con el Sevilla, cediendo a la tentación del club que en los días anteriores había perdido por lesión a Gianluca Caprari, centrocampista ofensivo como el Papu.
Además de la intervención en el mercado de Adriano Galliani, director general del Monza, la voluntad de la familia del argentino, que estuvo 6 temporadas y media con 252 apariciones y 59 goles en el Atalanta de Bérgamo, también fue decisiva para la llegada de Gómez a Monza, radicado a sólo 50 kilómetros de Monza.
Ahora, 10 meses después de esas pruebas, la confirmación del resultado positivo trae consigo una inhabilitación de dos años que corre el riesgo de marcar definitivamente la carrera del jugador.
Hoy volvía al campo del polideportivo Luigi Berlusconi, a la espera de la notificación de la sentencia de primera instancia de la Comisión Española Antidopaje, que llegó por la tarde.
Según información a la que pudo acceder TyC Sports, la cadena televisiva deportiva de Argentina, desde Sevilla estaban al tanto del expediente abierto, pero no fueron notificados acerca de la sanción porque el futbolista no se desempeña más en la institución.
De todas maneras, TyC Sports pudo averiguar que la sanción fue establecida como firme, fue negociada con el jugador hace unos meses y no podrá ser apelada.
Cabe mencionar que, en la última ventana de traspasos, el futbolista rescindió su contrato con Sevilla y no lograba encontrar un nuevo club, a pesar de haber contado con algunos ofrecimientos desde Arabia Saudita. Finalmente, recaló en el Monza de Italia, club en el que tan solo llegó a jugar dos partidos.
Gómez tuvo un contacto con Olé post sanción y se mostró golpeado, lógico, pero muy entero, indicó el periódico deportivo argentino. A la espera de los pasos legales que sugieran sus abogados españoles, está muy dolido y está analizando dar la versión en sus palabras, en redes sociales, adelantó el medio.
"Gómez confirma que fue un accidente doméstico, que tomó un jarabe, que pensó que era de miel y limón y no que tenía una droga no permitida como la terbutalina", añadió Olé.
El volante campeón del mundo, que no volvió a jugar en la Selección tras el Mundial de Qatar, tiene hasta el comprobante de la compra del remedio de su hijo que ingirió en la madrugada por un ataque de tos, reveló la prensa argentina. Lo que es seguro es que en breve ya no podrá volver a jugar y que se abre una nueva etapa de su carrera. Ya instalado de nuevo en Italia, donde tiene un restaurante y donde su familia volvió a hacer una nueva vida, el Papu encara un momento difícil, dijo Olé que se pregunta si puede perder la medalla de Qatar
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