Hay aún horas de esperanza para la familia de la pequeña Indi Gregory, la niña inglesa de 8 meses afectada por una gravísima patología mitocondrial que los médicos del Queen's Medical Centre de Nottingham y los jueces británicos consideran irremediable, y así condenada por los tribunales británicos a ser desconectada de la máquina contra la voluntad de sus padres.
Después de una jornada frenética el plazo para poner fin al tratamiento que la mantiene con vida en el hospital inglés, fijado inicialmente para las 14 hora local de hoy, fue pospuesto para mañana, en espera de la conclusión de una audiencia crucial en la que partir del mediodía se decidirá sobre el traslado de la recién nacida a Roma, al hospital Niño Jesús, listo para recibirla y, por tanto, su destino.
La noticia circula desde la mañana entre el Reino Unido e Italia, que recientemente concedió la ciudadanía a Indi para ofrecerle una posibilidad de supervivencia. Y es precisamente en esto que se basan los esfuerzos llevados a cabo por los abogados ingleses que representan a la familia Gregory, en colaboración con la asociación sin fines de lucro Pro Vita & Famiglia y la exsenadora y abogada de la Liga Norte Simone Pillon, responsable de la parte italiana del caso: esta mañana obtuvieron un aplazamiento inicial de dos horas por parte de las autoridades británicas, trasladando el inicio a las 16hora local, en el acompañamiento hacia el fin de vida para la recién nacida.
Mientras tanto, prosiguió el intento sin precedentes de transferir, sobre la base del Convenio de La Haya de 1996, la competencia del caso del juez del Tribunal Superior de Londres, Robert Peel, a las autoridades italianas, a través de la iniciativa lanzada ayer a petición de la familia de Indi. por el cónsul italiano en Manchester, Matteo Corradini.
Al asumir el papel de juez de tutela, había dictado una medida de urgencia para establecer el plan terapéutico según las indicaciones del hospital Niño Jesús, e iniciar los trámites para traer a la pequeña a Roma. Según explicaron los abogados, fue posible avanzar después de que el juez italiano competente se pusiera en contacto con el inglés y los documentos fueran enviados al Tribunal de Apelaciones.
Adicionalmente, la Presidencia del Consejo de Ministros escribió al ministerio de Justicia británico según lo exige la Convención de La Haya. También hoy, mientras la madre de la pequeña, Claire Staniforth, permanecía con su hija en el hospital de Nottingham, su padre, Dean Gregory, se dirigió directamente a los medios de comunicación italianos para hacer un llamado. "Creemos que lo mejor para Indi es ir a Italia para recibir tratamientos que puedan ayudarla a respirar, abriendo una válvula mediante la implantación de un stent, para luego poder centrarnos en su enfermedad mitocondrial, que puede tratarse con estas terapias", declaró.
"Sabemos que Indi es una luchadora, quiere vivir y no merece morir", agregó.
La familia no sólo cuestiona el pronóstico de los médicos ingleses sino que no confía en el hospital de Nottingham que, en el pasado, fue objeto de un escándalo precisamente por la grave negligencia que se produjo en la maternidad.
A principios de año, los padres de una niña recién nacida, Wynter Sophia Andrews, fallecida el 15 de septiembre de 2019, 23 minutos después de haber venido al mundo mediante una cesárea de urgencia, recibieron de un tribunal del Reino una indemnización récord de 800.000 libras esterlinas por la serie sistemática de errores cometidos en el cuidado de la madre y de la bebé por médicos y enfermeras.
Un caso que dio lugar al inicio de una investigación, por parte de la policía de Nottinghamshire en septiembre, tras los señalamientos de cientos de familias: se presentaron y expresaron su inquietud por la escasa calidad y seguridad de la sala de maternidad del Queen's Medical Center y de otros hospitales universitarios de la ciudad inglesa reunidos en luna misma empresa sanitaria.
Uno de los muchos escándalos ocurridos recientemente en el Sistema sanitario británico (NHS), marcado por problemas estructurales crónicos y una preocupante escasez de personal.
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