La situación en Oriente Medio, con los riesgos de escalada y ampliación del conflicto, preocupa cada vez más al Papa Francisco, que también hoy lanzó un nuevo llamamiento a la paz, implorando a las partes implicadas que abandonen la espiral de represalias mutuas e invocando aún el recurso a los "caminos del diálogo y la diplomacia".
"Sigo con preocupación, y también con dolor, la situación en Oriente Medio - dijo el Pontífice durante el recitado del Regina Caeli en la Plaza de San Pedro -. Renuevo el llamamiento a no ceder a la lógica de las reivindicaciones y la guerra; en cambio, dejemos las vías del diálogo y la diplomacia, que pueden hacer mucho".
"Rezo todos los días por la paz en Palestina e Israel y espero que esos dos pueblos pronto dejen de sufrir", añadió.
"Y no olvidemos a la Ucrania atormentada, la Ucrania atormentada que sufre tanto por la guerra", subrayó.
El tema de la paz está siempre en el centro del pensamiento del Papa, que habló de ello ayer recibiendo también en audiencia al Comité Pontificio de Ciencias Históricas: en medio de un "peligroso conflicto global en curso, fragmentado, que no podemos observar inertes", lo que se necesita, incluso lo que es urgente y necesario, es una "diplomacia de la cultura", alimentada por encuentros y colaboraciones entre investigadores de cada cultura y religión y por un diálogo entre la Iglesia y el mundo, siempre respetuoso de la verdad y libre de ideologías "que matan".
Mientras tanto, la posición de la Santa Sede, también en relación con las crecientes tensiones entre Israel e Irán, fue aclarada por el cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin.
De hecho, la preocupación sigue siendo grande, pero Parolin respira aliviado al comprobar que, al menos hasta ahora, tras los ataques mutuos entre Tel Aviv y Teherán, la escalada del conflicto que muchos temían no se ha producido.
"Veo que todos están trabajando para que esto no suceda", dijo Parolin en una conversación con los periodistas ayer al margen de una conferencia.
"Me parece que hasta ahora las cosas han ido bastante bien, en el sentido de que lo que se temía no ha sucedido y que ambas partes están tratando de no provocar de tal manera que el conflicto se extienda", observó.
Mientras que, en referencia a la posición de Estados Unidos que había reiterado su apoyo a Israel, pero no a un contraataque contra Irán, el cardenal reiteró: "Creo que debemos evitar todo lo que pueda llevar a una escalada y sobre todo garantizar que la situación se salga de control, que ya nadie pueda controlar: esto sucede si no hay un compromiso de todos para moderar sus posiciones".
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