"La caridad de Mamá Antula, especialmente en el servicio a los más necesitados, se impone hoy con gran fuerza, en una sociedad que corre el riesgo de olvidar que el individualismo radical es el virus más difícil de vencer", dijo Francisco.
El individualismo "nos engaña. Nos hace creer que todo consiste en dar rienda suelta a las propias ambiciones'", dijo el Pontífice, citando su encíclica Fratelli Tutti.
Mamá Antula, que será canonizada por el Papa el domingo en San Pedro, eligió la opción de estar al servicio de "aquellos que la sociedad desecha y rechaza". Que su ejemplo - prosiguió el Papa - "nos ayude a ser ese signo de amor y de ternura hacia nuestros hermanos".
"Recordemos también que el camino a la santidad implica confianza, abandono, como cuando la Beata María Antonia llegó a Buenos Aires con solo un crucifijo y descalza, porque no había puesto su confianza en sí misma, sino en Dios, porque confiaba en que su apostolado era obra de El", añadió.
Francisco subrayó que la santa argentina enseña a "no rendirnos ante la adversidad, a no renunciar a nuestro objetivo de llevar el Evangelio a todos, a pesar de los desafíos que esto pueda representar para muchos".
"A veces incluso en la propia familia o en el lugar de trabajo puede darse ese ambiente árido donde es necesario preservar la fe y tratar de irradiarla. Firmemente arraigados en el Señor, debemos ver esto como una ocasión en la que podemos desafiar nuestro ambiente y traer la alegría del Evangelio", concluyó el Papa.
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