La dimisión es "una posibilidad abierta a todos los Papas", pero "por el momento no están en el centro de mis pensamientos". Defiende la decisión de bendecir a las parejas homosexuales, aunque "hay que pagar el precio de la soledad".
El Papa habló durante casi una hora en la entrevista con Fabio Fazio en el programa Che Tempo Che Fa de noviembre.
Está la guerra que le preocupa, el drama de los inmigrantes, los niños que son "desechados" y que "no sonríen más" y esto "es criminal". Pero también está el deseo de regresar a su Argentina, donde lleva diez años sin visitar. Y anuncia para agosto un viaje a la Polinesia.
"Aún vivo". Así el Papa comienza respondiendo al presentador que le preguntó cómo estaba.
En cuanto a la posible dimisión, "no es un pensamiento, ni una preocupación, ni un deseo, sino una posibilidad abierta a todos los Papas. Pero por el momento no está en el centro de mis pensamientos", "mientras sienta que tengo la capacidad para servir sigo adelante, cuando no lo haga lo lograré y será tiempo de pensarlo", añadió Jorge Bergoglio.
Entre las muchas preguntas, se esperaba aquella sobre las bendiciones de las parejas homosexuales, sobre la cual la Iglesia está profundamente dividida: "Hay un precio de soledad que hay que pagar, a veces las decisiones no se aceptan".
Y defiende su decisión: la Iglesia debe "bendecir a todos, el Señor bendice a todos, a todos los que vienen, el Señor bendice a todos" pero luego "la gente debe ver el camino que el Señor les muestra".
"Necesitamos ayudarlos a encontrar ese camino, no condenarlos desde el principio", resaltó.
El Papa reiteró luego que el drama de las guerras está ligado al comercio de armas: "las guerras se libran para vender armas y probar nuevas armas", porque es el comercio el que genera más dinero. Pero la escalada puede ser peligrosa: "Tengo miedo", admitió el Pontífice, "¿qué será de nosotros? ¿Como el Arca de Noé?". Francisco habló en particular de los niños ucranianos "que no sonríen" y "que un niño olvide su sonrisa es criminal, esto provoca la guerra".
Por este motivo quiso organizar en Roma para fines de mayo el primer encuentro mundial de los niños.
"Necesitamos llamar la atención sobre ellos, son el futuro", resaltó.
Habló de sus llamadas diarias a la parroquia de Gaza y, en general, del conflicto en Medio Oriente donde "israelíes y palestinos, llamados a ser pueblos hermanos, se destruyen mutuamente".
Bergoglio le confía a Fazio que le gustaría ir a Argentina este año y le anuncia que irá a la Polinesia en agosto.
De su Argentina dijo: "Me preocupa porque la gente allí está sufriendo mucho". Y adelantó: "Hay un plan de hacer un viaje allá en el segundo semestre del año. En agosto tengo que ir a la Polinesia y luego habrá un viaje a Argentina. Me gustaría ir, son diez años" de ausencia de su país y "me gustaría ir".
"Dios perdona siempre", "Dios perdona a todos", "somos nosotros los que nos cansamos de pedir perdón", dijo como conclusión.
"Me gusta imaginar un infierno vacío, no es un dogma", precisó, afirmando que, sin embargo, le gustaría que fuera así.
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