(ANSA) - CIUDAD DEL VATICANO, 18 MAG - La construcción de la
delicada misión de paz para Ucrania encargada por el papa
Francisco proseguía, mientras que el presidente ucraniano,
Volodimir Zelensky, y su par ruso, Vladimir Putin, habrían
aceptado, por separado, conversaciones con dos enviados
especiales del Pontífice para discutir y alcanzar un alto el
fuego.
Así lo informó el sitio informativo vaticano Il Sismografo,
el cual indicó, además, que los enviados del argentino Jorge
Mario Bergoglio serían, por Kiev, el cardenal y arzobispo de
Bolonia, Matteo Maria Zuppi, presidente de la CEI, y por Moscú
el arzobispo Claudio Gugerotti, prefecto del dicasterio de
Iglesias orientales y ex nuncio apostólico en Reino Unido,
Ucrania, Bielorrusia y los países del Cáucaso Armenia, Georgia y
Azerbaiyán.
A la espera de las confirmaciones oficiales, esa podría ser,
por lo tanto, la modalidad de la "misión de paz" para Ucrania,
anunciada por el mismo Papa el pasado 30 de abril durante el
vuelo de regreso desde Budapest.
Zuppi ya tiene experiencia en este campo: de hecho, ayudó a
alcanzar un difícil acuerdo de paz, el firmado en 1992 para
Mozambique con la Comunidad de Sant'Egidio, que puso fin a
dieciséis años de guerra civil con un millón de muertos y cuatro
millones de refugiados.
El cardenal, de hecho, mantuvo un largo, paciente y valiente
diálogo con los beligerantes durante meses.
Zuppi, entonces un joven párroco auxiliar en Santa María en
Trastevere, construyó ese lazo, que dio lugar al acuerdo
histórico con el fundador de la Comunidad Andrea Riccardi.
Por su parte, Gugerotti cuenta con una larga carrera
diplomática en la que pudo conocer bien esas tierras devastadas
por la guerra, como Ucrania, pero también los países del
Cáucaso.
Él entonces tiene muchos interlocutores, en ambos lados.
Y otro aspecto central es que el Prefecto del Dicasterio
para las Iglesias Orientales, entre los varios idiomas que
conoce, habla ruso.
Por lo tanto, el primero podría estar destinado a Kiev, el
segundo a Moscú.
Sin embargo, todo permanece cubierto por el más absoluto
secreto y no se excluye por el momento la implicación de otros
altos representantes del Papa, en primer lugar la del Secretario
para las Relaciones con los Estados, Monseñor Paul Richard
Gallagher, quien estuvo en una misión en Ucrania en mayo de 2022
y recibió a Zelensky en el Vaticano el sábado pasado.
Y si la Santa Sede, también por la delicadeza del asunto,
prefiere no comentar los rumores, lo que reitera oficialmente es
que "seguirá poniendo de su parte", como dijo ayer el cardenal
secretario de Estado Pietro Parolin, hablando en el debate
general del último día de la cumbre de jefes de estado y de
gobierno del Consejo de Europa, en Reykjavik.
El objetivo sigue siendo el de lograr una "paz justa".
"Junto al papa Francisco debemos preguntarnos, junto con
Ucrania, cómo crear la paz: no podemos aceptar pasivamente que
la guerra de agresión continúe en ese país. Es el pueblo
ucraniano el que está muriendo y sufriendo. Es hora de tomar
iniciativas para crear una paz justa en Ucrania y en todas las
llamadas zonas grises de Europa. Les garantizo que la Santa Sede
seguirá haciendo su parte", aseguró Parolin. (ANSA).
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