(ANSA) - CIUDAD DEL VATICANO, 23 FEB - El papa Francisco
exhortó hoy a "salvaguardar y, si es posible, aumentar el apoyo
a la ciencia pura", al recibir en el Vaticano a una delegación
de la Sociedad Max Planck.
"Animo a la Sociedad Max Planck a mantener, como siempre lo
ha hecho, los más altos estándares de integridad científica,
para que permanezca libre de influencias inapropiadas de
naturaleza tanto política como económica", dijo.
"Este es un requisito indispensable en todas las etapas del
quehacer científico, desde la etapa inicial hasta la difusión de
los resultados y su aprovechamiento. Me parece que en nuestro
tiempo, se apoya a la ciencia pura", observó.
De hecho, "sin quitarle nada a la ciencia aplicada, es
necesario reconocer la naturaleza de la ciencia pura como un
bien público, cuyos resultados deben ponerse al servicio del
bien común. Y ciertamente su institución puede hacer mucho En
este sentido", agregó.
Para el Papa, "el anuncio del nacimiento inminente del
llamado 'pensamiento híbrido', fruto de la hibridación del
pensamiento biológico y no biológico, que permitiría no
suplantar al hombre por la Inteligencia Artificial, plantea
interrogantes de gran importancia tanto ética como socialmente".
"De hecho, debemos considerar -continuó- que la fusión entre
la capacidad cognitiva del hombre y el poder computacional de la
máquina modificaría sustancialmente la especie homo sapiens. No
podemos, por tanto, dejar de plantearnos el problema del sentido
último, es decir, de la dirección, de lo que sucede ante
nuestros ojos".
Y "si para quienes se reconocen en el proyecto
transhumanista todo esto no les preocupa, no puede decirse lo
mismo de quienes, en cambio, se dedican a hacer avanzar el
proyecto neohumanista, según el cual no puede ser aceptada la
brecha entre la acción y la 'inteligencia'.
El Pontífice se detuvo luego en la "difusión, en los ámbitos
de la gran ciencia, de un principio de responsabilidad
'técnica', que no admite el juicio moral de lo que es bueno y
malo".
"La acción, especialmente de las grandes organizaciones,
debe evaluarse en términos sólo funcionales, como si todo lo
posible fuera, por eso mismo, éticamente lícito", dijo.
Según Jorge Bergoglio, "la Iglesia nunca podrá aceptar tal
posición, de cuyas trágicas consecuencias ya hemos tenido
demasiadas pruebas".
"Es más bien la responsabilidad como cuidar del otro, y no
sólo como dar cuenta de lo que uno ha hecho, que hoy debemos
volver a poner en el centro de nuestra cultura. Porque uno es
responsable no sólo de lo que hace, sino también y sobre todo
por lo que no hace, aunque pueda hacerlo", concluyó.
En realidad, Francisco entregó a los presentes un discurso
escrito y se disculpó por no poder leerlo, ya que padece un
fuerte resfrío.
"Debería leer todo esto, cuya traducción tienes en tus
manos. Pero no puedo leer porque estoy enfermo: tengo un
resfriado que no me deja hablar", dijo al comienzo de la
audiencia en el Vaticano a los jóvenes sacerdotes y monjes de
las Iglesias ortodoxas orientales, a los que dirigió el discurso
escrito, en el que compartió "tres elementos".
El primero es que, "si los cristianos caminan juntos, como
lo hicieron los dos discípulos de Emaús, serán acompañados por
Cristo, que los sostendrá, motivará y completará en su camino",
explicó Francisco, según quien "el desánimo y la
autorreferencialidad impiden que cristianos de diferentes
confesiones vean lo que los une, reconozcan a aquel que los
une".
El segundo elemento, dijo, es el "diálogo: diálogo de
caridad, diálogo de verdad, diálogo de vida, para retomar las
tres tipologías indicadas por el Manual Ecuménico del Dicasterio
para la Promoción de la Unidad de los Cristianos".
El tercer elemento, agregó, es que "se debe desear la unidad
con la oración, con todo el corazón y las fuerzas, con
insistencia, sin cansarse. Porque, si se extingue el deseo de
unidad, no basta caminar y hablar: todo se convierte en algo
necesario y formal".
"Si, por el contrario, el deseo nos empuja a abrir las
puertas a Cristo junto con nuestro hermano, todo cambia",
concluyó. (ANSA).
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