El adversario es siempre Europa, pero el mensaje, esta vez, es abiertamente político: enviar a casa a Ursula von der Leyen, y apoyar en las urnas a los partidos ultranacionalistas, o bien prepararse para sufrir las consecuencias del "extremismo ecologista" y a "comer insectos en el desayuno".
A dos meses del último asedio de los agricultores a las instituciones UE, los tractores volvieron a marchar en Bruselas desplegados por las franjas más radicales del sector.
Un ajuste de cuentas en la vigilia de las elecciones europeas del 6-9 de junio en la que desfilaron las mayores siglas agrícolas del continente y que -por lo menos en los datos- decepcionaron las expectativas del líder rebelde neerlandés Fuerza de Defensa de los Agricultores (FDF), reuniendo el apoyo de alrededor de 1.200 manifestantes con 500 vehículos agrícolas, sólo una fracción en comparación con la participación de más de 5.000 tractores prevista la víspera. Sin embargo, un número suficiente para alimentar la sospecha, según la denuncia del Atlantic Council, de una injerencia de Moscú, que se comprometió a "incitar a los agricultores" -especialmente en Polonia- a difundir su propaganda anti-Kiev.
Tras llegar uno a uno a la capital belga, los tractores con matrículas principalmente belgas, neerlandesas, alemanas, polacas y rumanas invadieron el distrito noroccidental de Laeken y se alinearon al pie del emblemático monumento Atomium construido con motivo de la Expo de 1958.
Unánime el "no a Ursula von der Leyen, al Pacto Verde Europeo, al Mercosur y a las políticas que asesinan a los agricultores", corearon uno tras otro los manifestantes acompañados en el palco por los ultranacionalistas flamencos de Vlaams Belang, del Foro para la Democracia del populista neerlandés rampante Thierry Baudet, de los polacos de PiS y Konfederacja, y de los españoles de Plataforma 6F cercanos a Vox.
"Los agricultores son las primeras víctimas de la locura climática, entonces vendrán a por nosotros", criticó el diputado belga ultranacionalista Tom Vandendriessche, impulsado en Flandes por las encuestas cada vez más favorables -con el Vlaams Belang con un 27%-, arremetiendo contra "el establishment político que nos dice cómo vivir y cómo cultivar" y llamando a "una rebelión en las urnas".
Un mensaje compartido también por la única asociación italiana presente, la de Agricultores Italianos, dirigida por Salvatore Fais, que, a su vez, invocó un cambio para "el destino" del sector dando "una señal fuerte" a "Ursula y sus amigos" que "buscaron, de cualquier modo, hacer a los agricultores esclavos".
De la acción de protesta -llegada junto a la sede el Parlamento Europeo con una reducida delegación de tractores sin chocar con las fuerzas del orden- tomaron distancia de las principales siglas de la categoría.
En Italia, evidenció también el ministro Francesco Lollobrigida, el mundo agrícola tiene "clarísimo que este gobierno está de su parte y consigue un récord de apoyo", incluso gracias a la contribución dada por Bruselas para tomar medidas de tutela en tiempo récord como la reciente reforma de la Política Agraria Común (PAC).
"La extrema derecha alimentó a los agricultores con la mentira de que Europa y el Pacto Verde Europeo son responsables de sus dificultades", atacó el Spitzenkandidat de los Verdes, Bas Eickhout. Las que finalmente mostrarán el resultado de las protestas serán las urnas entre el jueves y el sábado.
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