El continente europeo se enfrenta a cambios en los 720 miembros del Parlamento Europeo en un contexto global adverso y marcado por conflictos. En su interior, Europa debe lidiar con las interferencias de Moscú y con el ascenso de movimientos soberanistas, nacionalistas y extremistas. Fuerzas que, según la alarma de Bruselas, desean la destrucción misma de la Unión.
Desde hace meses, la extrema derecha ha estado creciendo constantemente. La lucha con los partidos europeístas nunca ha sido tan intensa y ya ha llevado al Partido Popular Europeo a entablar un diálogo con las derechas menos ligadas a posturas anti-UE y de todas formas firmes en su apoyo a Ucrania.
Las últimas proyecciones sobre la composición del Parlamento Europeo muestran que la mayoría que respaldó a Ursula von der Leyen en 2019 -PPE, S&D y Renew- está destinada a mantenerse, pero con un margen mucho más estrecho.
Ciertamente, el grupo Identidad y Democracia, impulsado por el probable aumento de votos de los partidos lepenistas en Francia y de la AfD en Alemania, aumentará notablemente sus escaños. Y lo mismo ocurrirá con los Conservadores y Reformistas (ECR), gracias al previsible éxito de FdI en Italia.
Quienes podrían salir reducidos de las urnas son los Verdes, los liberales de Renew y los Socialistas. Mientras que la extrema izquierda de The Left podría confirmar su peso.
La batalla entre europeístas y soberanistas está estrechamente ligada al destino de Von der Leyen. La presidenta de la Comisión es la Spitzenkandidat del PPE y ha comenzado una campaña electoral itinerante para fortalecer su posición, que en este momento parece bastante frágil. El Congreso de los Populares que debería haberla coronado la eligió, pero con importantes deserciones. Entre los socialistas y los liberales, la número uno del ejecutivo de la UE ha sembrado malestar en los últimos meses, especialmente por las decisiones tomadas en el marco del Pacto Verde y en el tema de los migrantes, en las que a menudo compartió línea con las derechas.
De hecho, S&D y Renew han puesto en el punto de mira precisamente la relación entre la presidenta de la Comisión y Giorgia Meloni. "Nunca estaremos en mayoría con ECR", es la promesa que los socialistas han hecho a sus electores.
Por su parte, el PPE de Manfred Weber no ha excluido en absoluto el diálogo con las derechas, siempre y cuando sean "pro-UE, pro-Ucrania y en apoyo del Estado de derecho".
La incertidumbre reina en este momento. También en cuanto al calendario de elección de los líderes de la UE. Los líderes de los 27, que proponen al presidente de la Comisión al Parlamento Europeo, deben decidir en el mes de junio. La sesión plenaria del PE en julio será la primera con los nuevos eurodiputados y en esa ocasión se elegirá al nuevo presidente del Parlamento Europeo, un papel para el que Roberta Metsola tiene ventaja.
Pero aún no está claro si la presidencia de la Comisión se votará en la misma sesión o, como parece más probable en este momento, en el mes de septiembre. Mientras tanto, han estado circulando durante mucho tiempo alternativas a Von der Leyen: desde el primer ministro croata Andrej Plenkovic hasta su homólogo griego Kyriakos Mitsotakis y Mario Draghi.
El ex primer ministro italiano, encargado de redactar el informe para relanzar la competitividad de la UE en Bruselas, ha sido presentado como la solución más adecuada en caso de estancamiento político, y como un perfil adecuado para relanzar una Europa económicamente atrapada entre Estados Unidos y China y lidiando con la guerra en Ucrania.
A esto se suma que Emmanuel Macron ya ha dejado claro que prefiere un presidente de la Comisión imparcial y no un candidato de un partido. En 2019, fue Macron quien hundió al candidato del PPE, Weber. Sin embargo, el nombre de Draghi también se está barajando para el papel actualmente ocupado por Charles Michel, el de presidente del Consejo Europeo.
Ciertamente, antes de la votación, ninguno de los líderes europeos revelará sus cartas. La cita es el 17 de junio, cuando los jefes de Estado y de Gobierno se reunirán en Bruselas para hablar oficialmente por primera vez sobre los principales puestos de trabajo de la nueva Europa.
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