"El terrorismo ruso solo es posible porque tenemos menos armas y soluciones para proteger la vida de las que Rusia tiene capacidad de destruir", resumió el presidente Volodymyr Zelensky.
"Todo el mundo sabe lo efectivos que son los Petriot y otros sistemas modernos de defensa aérea. Los necesitamos aquí en Ucrania. Cuanto menos logre el Kremlin con el terror, más interesado estará en encontrar la paz. Debemos obligar a Rusia a hacerlo juntos", reiteró.
Politico reveló que el líder ucraniano, en una reunión en diciembre pasado con el presidente de la Cámara de Representantes estadounidense, Mike Johnson, había subrayado que sin la ayuda militar estadounidense los ucranianos habrían podido resistir "hasta marzo o abril".
El tiempo corre y, mientras tanto, los rusos llevan semanas consiguiendo victorias y avances que, aunque solo se produzcan en un puñado de kilómetros, podrían determinar el destino del conflicto, al menos en los próximos meses.
Por último, Moscú anunció que tomó el control del asentamiento de Novobakhmutovka, en la autoproclamada república de Donetsk, a unos 10 kilómetros de Avdiivka.
Es el tercer lugar que cae en pocas semanas, a lo que se suma un nuevo avance en la región norte de Járkov, donde continúa el diluvio de bombardeos y donde Kiev corrió a cubrirse posicionando tanques y piezas de artillería.
En general, "la situación empeoró", admitió el jefe de las Fuerzas Armadas, Oleksandr Syrsky: los rusos lograron "éxitos tácticos", no relevantes, pero sí significativos.
En las últimas 24 horas, informó la Defensa ucraniana, los rusos llevaron a cabo "32 ataques con misiles, 64 con aviones y 60 con cohetes MLRS".
Más de 110 asentamientos "en las regiones de Chernihiv, Sumy, Jarkov, Luhansk, Donetsk, Zaporiyia -donde cada día se producen cientos de disparos y ataques con enjambres de drones-, Dnipropetrovsk, Jerson y Mykolaiv sufrieron fuego de artillería".
Según fuentes de inteligencia occidentales recogidas por los medios internacionales, la estrategia de Moscú pretende crear las condiciones para una nueva ofensiva prevista para el verano, pero también, quizás sobre todo, ganar posiciones ante la llegada de miles de millones de dólares en ayuda militar estadounidense, luego los Patriot, municiones de artillería y sistemas anti-drones.
Por esta razón, se subrayó, los rusos podrían a corto plazo arrebatar más territorio al este, en la zona de Avdiivka, y aspirar a conquistar Chasiv Yar, situada más al norte.
"El pánico crece entre los ucranianos en el frente", especialmente en el Donbass, dijo provocativamente el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov: "Necesitamos mantener la presión sobre el enemigo".
En este contexto, Moscú, como reveló Politico, citando al servicio de inteligencia estadounidense, está desplegando una vez más en el campo de batalla a miles de soldados mercenarios pertenecientes al Grupo Wagner de Yevgeny Prigozhin: "Un grupo vinculado a la Guardia Nacional ya está en Ucrania y está sufriendo pérdidas. Dos más operan bajo el mando de la inteligencia militar, mientras que un cuarto grupo se está reorganizando en Africa".
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