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Frenan la cita de la derecha en la UE

Blitz de la policía en Bruselas

BRUSELAS, 16 abril 2024, 16:52

Redaccion ANSA

ANSACheck
La marcha de la derecha en la UE choca contra Emir Kir, un alcalde socialista, hijo de inmigrantes turcos, que gobierna Saint-Josse, uno de los municipios de Bruselas.
    Luego de ser obligado a cambiar dos sedes en 48 horas, el National Conservatism, la kermesse de los conservadores y de los soberanistas europeos, consiguió abrir sus puertas, pero poco después la policía se presentó con un mandato para poner fin al encuentro.
    En el salón se esperaban nombres de relieve como el premier húngaro, Viktor Orban, el líder de los euroescépticos británicos, Nigel Farage, el francés Eric Zemmour, además del meloniano Nicola Procaccini.
    El freno a la kermesse, de evento en un barrio, se convirtió en un caso europeo. Downing Street, el gobierno belga y, finalmente, Giorgia Meloni, condenaron el blitz de las fuerzas del orden, definido por la premier y presidenta del Partido de los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR), como una "odiosa opresión a la libertad de expresión".
    Una incursión que tuvo lugar con la total cobertura de la administración de Saint-Josse.
    "Como alcalde, emití una ordenanza para prohibir este evento", explicó Kir, "la extrema derecha no es bienvenida aquí".
    La orden del alcalde fue entregada a los conservadores a media mañana, cuando Farage hablaba en el escenario.
    "La solicitud de la policía es evacuar la sala inmediatamente debido a la incapacidad de las fuerzas del orden de garantizar la seguridad del barrio", explicaron. Un barrio donde, como el alcalde, la mayoría son hijos de inmigrantes.
    La ira de los conservadores surgió de inmediato. Para el director de Nazione Futura, Francesco Giubilei, uno de los organizadores de la cita, "el alcalde de Bruselas actuó bajo la presión de los antifascistas y de los centros sociales". Hermann Tertsch, eurodiputado de Vox, fue aún más duro: "Esta es la voluntad de la 'mafia' de la Comisión de la UE, pero, ¿Dónde estamos, en China?".
    En la sala, la policía belga encontró a más de 400 espectadores y, dada la numerosa audiencia, decidió no llevar a cabo el desalojo inmediato, pero bloqueó el acceso, impidiendo la entrada a los nuevos oradores y permitiendo que el evento finalizara durante el día.
    Al no poder acceder, Orban y el ex primer ministro polaco Mateusz Morawiecki improvisaron una conferencia de prensa en la Eurocámara.
    "La última vez que quisieron silenciarme con la policía fue cuando los comunistas me perseguían en el 88", atacó el húngaro.
    Sin embargo, no fue solo Orban el que protestó.
    Downing Street también defendió la manifestación de Saint-Josse: "Cancelar eventos o impedir la participación es perjudicial para la libertad de expresión y, en consecuencia, para la democracia", comentó un portavoz del gabinete del primer ministro británico, Rishi Sunak.
    "Es inconstitucional prohibir las reuniones políticas, lo que ocurrió es inaceptable", tronó el primer ministro belga, Alexander De Croo, que entre otras cosas había sido contactado por la premier italiana.
    Meloni, como presidenta del ECR (en la pasada edición de la kermesse figuró entre los oradores), actuó en primera persona.
    "Estamos incrédulos y consternados, mi total solidaridad se dirige a todas las víctimas de este abuso injustificable, en particular a los miembros del ECR presentes", explicó la líder de Hermanos de Italia (FDI). A última hora de la tarde el punto muerto pareció romperse.
    "La conferencia no para, nos vemos mañana en la misma sala, la libertad de expresión no se silencia", afirmaron los organizadores.
   

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