La noche trajo otra lluvia de decenas de misiles y drones rusos que impactaron en toda Ucrania, que Moscú intenta doblegar atacando principalmente la infraestructura energética.
En total, se lanzaron 80 bombas en todo el país, desde la atormentada Járkov (200.000 regresaron en la oscuridad) hasta Odessa y también en el territorio occidental de Leópolis y Kiev, donde fue destruida una central eléctrica cerca de la capital.
Los ataques son solo un aspecto de la renovada ofensiva rusa que está poniendo en extrema dificultad a los ucranianos en el frente, ya que están escasos de armas -según el periódico alemán Bild los misiles para los sistemas Patriot e Iris-T se agotaron- y están a la espera de la nueva ayuda de Occidente.
Mientras tanto, el Parlamento ucraniano aprobó en segunda lectura la nueva y controvertida ley sobre movilización, que apunta al ambicioso objetivo de 500.000 reclutamientos durante el año.
Un total de 283 diputados votaron a favor de la ley, que tardó meses en desarrollarse y que intentará igualar -o al menos acercar- el número de fuerzas en el campo: el general Yury Sodol, comandante de las tropas ucranianas en las regiones de Járkov, Donetsk y Lugansk, afirmó en el Parlamento que "el enemigo nos supera entre siete y diez veces" en términos de soldados en el este, "nos falta personal militar".
Un marco para justificar la nueva ley, que fue recibida con consternación en el frente. De hecho, se eliminó del texto una cláusula que preveía la desmovilización de los soldados que sirvieron durante 36 meses. "Estamos conmocionados", dijeron los militares a la prensa internacional.
"El 99% de los hombres quiere descansar", según Yevgheni, un paracaidista de 39 años afincado en Donetsk.
"Hay soldados que no han vuelto a casa desde hace un año. Es muy injusto", del mismo modo que muchos ucranianos consideran injusto el actual sistema de alistamiento, tildado de ineficiente y a menudo corrupto.
La decisión de cancelar la cláusula se tomó por sugerencia del comandante de las fuerzas armadas ucranianas, Oleksandr Syrsky, quien en una carta al ministro de Defensa, Rustem Umerov, sugirió, en cambio, incluir las disposiciones sobre la rotación de los soldados en el frente en un proyecto de ley ad hoc que se redactará próximamente.
Pero a la espera de la burocracia, hay quienes en el frente llevan luchando hasta dos años, y ahora incluso sin municiones.
Desde Lituania, donde anunció un nuevo pacto de 10 años de garantías de seguridad con Letonia, el presidente ucraniano Zelensky volvió a pedir a los aliados que "mantener sus promesas" sobre suministros militares, mientras se acerca el inicio del verano y se espera una nueva gran ofensiva rusa.
"Necesitamos defensa aérea, no largas discusiones", subrayó el líder ucraniano, quien mientras tanto hizo un llamamiento al mundo entero para participar en la conferencia por la paz en Ucrania organizada en Suiza el 15 y 16 de junio.
La participación de socios occidentales se da por descontada, al igual que se espera la presencia del presidente estadounidense, Joe Biden, según los medios.
El verdadero punto de inflexión sería la presencia de los aliados tradicionales de Moscú y, sobre todo, de China, que desde hace mucho tiempo es llamada por Occidente para interceder ante Rusia, llevándola a renunciar -o al menos reducir- sus aspiraciones sobre los territorios ucranianos.
El presidente ruso, Vladimir Putin, se reunió, en cambio, con su fiel aliado bielorruso, Alexander Lukashenko, en Moscú, mientras que el Kremlin restó importancia a la importancia de la cumbre suiza: "Un proceso de negociación sin Rusia no tiene sentido y, de hecho, es un proceso de negociación vacío", afirmó el portavoz del líder del Kremlin, Dmitry Peskov.
La vocera del mnisterio de Asuntos Exteriores, Maria Zakharova, es más dura: los países occidentales "necesitan" la cumbre en el lago de Lucerna "sólo para dar peso a un cierto ultimátum colectivo que presentarán a Rusia", afirmó antes de dirigirse a los aliados históricos de Putin, incluido Pekín: "Esperamos que nuestros socios en Asia, Africa y América Latina estén atentos y no se dejen arrastrar a otra aventura antirrusa".
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