"La guerra también perjudica a la población rusa", añadió el jefe de la ONU, mientras que, a su juicio, "el riesgo de que el conflicto empeore y se expanda es muy real".
Para Guterres, de hecho, "en todo el mundo la guerra acentuó las divisiones geopolíticas, alimentado la inestabilidad regional mientras redujo el espacio disponible para abordar otras cuestiones globales urgentes".
El secretario general pidió el cese de los ataques contra los trabajadores humanitarios y la infraestructura civil.
Además, solicitó a las partes en conflicto en Ucrania que sigan el ejemplo de la "sabiduría" de los líderes africanos.
"Las potencias coloniales, incluidas las de mi país -dijo Guterres, quien fue primer ministro de Portugal- dividieron el continente de un plumazo. Pero los líderes posteriores a la independencia comprendieron que intentar cambiar las fronteras abriría una caja de Pandora sangrienta, alimentando agravios aún mayores".
Guterres añadió que, según su experiencia, "es extremadamente difícil lograr que la gente se ponga de acuerdo sobre el pasado. Pero es más importante y menos difícil lograr que la gente se ponga de acuerdo sobre el futuro".
"Para ponerse de acuerdo sobre este futuro, el derecho internacional y los principios del Carta, incluido el respeto de la integridad territorial y la independencia política de los Estados, son fundamentales".
Ucrania "sigue siendo una herida abierta en el corazón de Europa", insistió Guterres.
"Ha llegado el momento de la paz, de una paz justa basada en la Carta de las Naciones Unidas, el derecho internacional y las resoluciones de la Asamblea General", añadió el jefe de la ONU.
Al inaugurar el Consejo de Seguridad Guterres hizo un llamamiento a las partes para evitar la posibilidad de un accidente nuclear que "hiela la sangre del mundo entero".
Guterres aseguró que la OIEA seguirá apoyando todas las medidas posibles para garantizar que eso no suceda.
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