Se trata de un episodio que el ministerio de Asuntos Exteriores ruso calificó como "un acto de terrorismo".
Mientras tanto, con el objetivo de garantizar un mayor apoyo militar de Occidente, el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, partirá mañana en misión a Francia y Alemania.
En París firmará un pacto bilateral con el presidente, Emmanuel Macron, para garantías de seguridad en Kiev.
Francia se convierte así en el segundo país del G7 que toma esta iniciativa sobre la base de un compromiso asumido en este sentido por todos los Estados miembros en la cumbre de la OTAN celebrada en Vilna el verano pasado. El primero en hacerlo fue Gran Bretaña en enero.
Después de París, Zelensky se reunirá con el canciller alemán Olaf Scholz en Berlín y el sábado asistirá a la conferencia de seguridad de Múnich.
En la ciudad bávara se espera que se reúna con algunos líderes europeos y con la vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, mientras aún se desconoce la votación en la Cámara de Representantes de Estados Unidos sobre el nuevo paquete de ayuda de Washington por un total de 60 mil millones de dólares.
"Vemos el impacto del fracaso de Estados Unidos a la hora de aprobar el paquete de ayuda", afirmó el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, al comentar la alarma generada por la administración de Joe Biden sobre el racionamiento de municiones por parte de las fuerzas ucranianas.
Por su parte, al recibir al pimer ministro rumano, Marcel Ciolacu, la premier italiana, Giorgia Meloni, reiteró su "pleno apoyo a Ucrania", afirmando que "la Alianza Atlántica debe "seguir mostrando cohesión y unidad".
En tanto, las autoridades militares ucranianas admiten las dificultades sobre el terreno. Particularmente en el área de Avdiivka, en la región oriental de Donetsk, donde las tropas de Kiev están bajo la amenaza de un completo cerco ruso que pronto podría impedirles incluso retirarse.
El ejército ucraniano envió urgentemente a la zona la tercera brigada de asalto, que habló de una situación "extremadamente crítica".
Sin embargo, Kiev parece tener éxito en los contraataques asimétricos. El miércoles se atribuyó la responsabilidad del hundimiento de un barco de desembarco ruso, el Caesar Kunikov, en el Mar Negro, en el marco de una ofensiva marítima llevada a cabo con barcos no tripulados que ya se había cobrado otras víctimas entre las unidades de la flota rusa. La noche del miércoles, un ataque con drones provocó un incendio en un depósito de petróleo en la región rusa de Kursk. Pero las autoridades de Moscú dicen que fueron civiles los objetivos en Belgorod.
En esta ciudad, a 30 kilómetros de la frontera con Ucrania, donde el 30 de diciembre otro bombardeo ucraniano mató a 24 personas, un centro comercial fue alcanzado, según anunció el ministerio de Sanidad ruso.
El gobernador, Vyacheslav Gladkov, dijo que las ventanas de casi 130 apartamentos en diez bloques de pisos quedaron destrozadas.
El ministerio de Defensa dijo que las defensas aéreas derribaron 14 misiles y no está claro si las víctimas y los daños en tierra fueron causados ;;por los fragmentos que cayeron o por otros portaaviones que impactaron directamente en los objetivos.
En tanto, en el otro frente, las autoridades ucranianas dijeron que el número de muertos por ataques con misiles rusos en la región de Járkov (este) entre el miércoles y la madrugada de hoy ascendió a seis: cinco en Veliky Burluk y uno en Chuhuiv.
Sin embargo, todos los misiles dirigidos a Kiev fueron derribados, según anunció la administración militar de la capital, donde por la mañana la alerta aérea se mantuvo vigente durante más de dos horas.
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