La iniciativa confirma las fuertes tensiones existentes entre Moscú y los países del flanco oriental de la OTAN, entre los más convencidos de la hipótesis según la cual Rusia, después de Ucrania, se prepara para atacar a la Alianza Atlántica.
El jefe de los servicios de inteligencia exteriores de Estonia, Kaupo Rosin, remarcó que el Kremlin está pensando en un posible choque directo con la OTAN "dentro de la próxima década" y, por tanto, es necesario reforzar las defensas de la Alianza.
Y el secretario general del ministerio de Asuntos Exteriores, Jonatan Vseviov, en una entrevista con Bloomberg instó a la UE a confiscar a Rusia más de 150.000 millones de euros de su capital congelado en bancos europeos antes de fin de año. Pero el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, advirtió que Moscú estaba dispuesta a "defender sus intereses" y "procesará legalmente a cualquiera relacionado con tales decisiones".
La primera ministra Kallas definió el anuncio de los rusos como una prueba de que ella misma está "haciendo lo correcto" y añadió que seguirá garantizando su "fuerte apoyo a Ucrania" y luchará para "reforzar la defensa de Europa".
"El Kremlin espera ahora que esta decisión me silencie a mí y a otros, pero no será así", añadió Kallas en un mensaje en la red social X (antes Twitter).
El ministro lituano de Cultura, Simonas Kairys, destinatario de una análoga medida de Rusia, expresó que Moscú "busca asfixiar la libertad".
En la lista de buscados por Moscu figuran, entre otros, la exministra del Interior de Letonia, Marija Golubeva, y tres actuales ministros letones acusados ;;de haber votado en 2022, cuando eran diputados del Parlamento, a favor de una ley que permitía la destrucción de monumentos soviéticos: Armands Krause (responsable de Agricultura), Arvil Asheradens (Finanzas) e Inese Libina-Egnere (Justicia).
De acuerdo con Peskov, los acusados ;;fueron responsables de "acciones hostiles" y tomaron decisiones que constituyen "un ultraje a la memoria histórica" ;;de Rusia. La decisión de Moscú se basa en una averiguación iniciada por el jefe del Comité de Investigación, Alexander Bastrykin, contra 170 personas, entre ellas, ciudadanos de Letonia, Lituania, Estonia, Polonia y Ucrania, por 143 actos de destrucción, daños o profanación de tumbas, monumentos y memoriales conmemorativos de los soldados soviéticos.
Los tres Estados bálticos, anexados en 1940 por la Unión Soviética y luego ocupados por la Alemania nazi, volvieron a estar bajo el control de Moscú al final de la Segunda Guerra Mundial para alcanzar la independencia en 1991 con el colapso de la URSS.
Mientras tanto, los bombardeos continúan en Ucrania. Las autoridades de Kiev informaron de la muerte de cinco civiles en las últimas horas a causa de agresiones rusas, mientras que los dirigentes de la autoproclamada República de Lugansk dijeron que tres personas habían muerto en los bombardeos de las fuerzas de Kiev.
Y Rusia, según fuentes ucranianas, exhibió una nueva arma, utilizando por primera vez un misil hipersónico Zirkon el 7 de febrero. Así lo afirma el Instituto de Investigación Científica de Kiev (Kndise), citado por Ukrainska Pravda.
Con un alcance de 400 a 1.000 kilómetros, los Zirkons pueden volar a ocho veces la velocidad del sonido mientras evaden los sistemas de defensa. Hasta el momento sólo Rusia tiene disponibles estos vectores, que todavía se encuentran en fase experimental en Estados Unidos.
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