"Constatamos que, en conformidad con los cinco principios fundamentales establecidos por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, la integridad física de la planta permanece demasiado estable", precisó, resaltando que "hay menos incidentes de ataques directos o bombardeos cerca de la planta, lo cual es un avance positivo aunque lo debemos tomar con mucha cautela".
El sitio, en manos de las tropas de Moscú desde marzo de 2022, se encuentra en el corazón de la guerra entre Ucrania y rusia, a lo largo del río Dniepr que sirve como frente natural.
La planta fue objeto de incendios y fue cortada en varias ocasiones la red eléctrica, una situación precaria que hace temer un incidente nuclear.
Kiev y Moscú se acusan mutuamente de querer provocar una catástrofe en esta central.
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