"Nuestro futuro depende del futuro del continente africano". Giorgia Meloni elige, no por casualidad, la cumbre Italia-Africa como primera cita internacional promovida en el año de la presidencia del G7. Y ante los representantes de 46 países (incluidos jefes de Estado y de Gobierno) y 25 organismos multilaterales, reunidos en el Senado, desvela el plan Mattei: 5.500 millones de euros para crear una asociación "igualitaria", "no depredadora" y con "beneficios mutuos".
Una estrategia apoyada por la UE, con sus cumbres presentes en el Palazzo Madama.
Menos inequívoco fue el mensaje procedente de la Unión Africana, con el presidente de la Comisión, Moussa Faki, criticando a Roma por la "falta de consulta" a la hora de elaborar el plan.
"No es una caja cerrada, sino una plataforma programática abierta a la puesta en común", aclaró en cualquier caso la primera ministra.
Tras el almuerzo de honor en el Quirinal, el Senado fue elegido para acoger los trabajos de la segunda jornada de la cumbre. Un "lugar de representación y diálogo" para "entenderse superando cualquier aproximación", subrayó el presidente de la cámara, Ignazio La Russa.
Para Meloni, Africa es "un continente que puede y debe sorprender, pero que necesita poder competir en igualdad de condiciones en el contexto mundial".
De ahí el reto "estratégico" de la política exterior italiana, en su proyección natural al sur del Mediterráneo: proporcionar las herramientas adecuadas, poniendo sobre el terreno el plan que lleva el nombre de "un gran italiano y una de sus intuiciones". Para empezar, Roma puso sobre la mesa "5.500 millones de euros entre créditos, operaciones de donación y garantías: alrededor de 3.000 millones del fondo italiano para el clima y 2.500 millones del fondo de cooperación al desarrollo", explicó la presidente de Consejo de Ministros.
Ya existen proyectos piloto, de Marruecos a Kenia, de Argelia a Mozambique, de Egipto a Etiopía.
Con la asistencia de 12 empresas participadas (de Eni a Leonardo) en 5 áreas de intervención: educación y formación profesional, salud, agua, energía, agricultura.
El camino es de doble dirección, lo que en el caso de Italia también significa evitar muertes en el mar y reducir la inmigración irregular.
"Queremos crear más empleos en Africa", por lo que "asestaremos un golpe decisivo a los traficantes de seres humanos", resumió el ministro de Asuntos Exteriores, Antonio Tajani. La UE está en la misma onda. "El nuevo Plan Mattei representa una contribución importante a la nueva fase de nuestra asociación con África y se integra con el European Global Gateway", subrayó la presidenta de la Comisión, Ursula von del Leyen, en referencia al proyecto de Bruselas de 150.000 millones de dólares para infraestructuras en los países en desarrollo.
El modelo de referencia es precisamente el paradigma italiano de "una asociación entre iguales, donde cada uno aporta su propia contribución, en el respeto y la confianza mutuos", destacó Charles Michel.
Roberta Metsola agradeció a "Meloni y Tajani por un cambio de mentalidad real y esperado desde hace mucho tiempo" en las relaciones con Africa".
Desde la Unión Africana, sin embargo, llegaron opiniones encontradas sobre la iniciativa italiana.
El presidente rotatorio del organismo, Azali Assoumani, habló de una "hermosa lección de un país hermano" sobre la necesidad de una nueva relación igualitaria y definió la cumbre como "un éxito".
El jefe de la Comisión, Faki, se mostró menos entusiasmado: "Nos hubiera gustado que nos consultaran sobre el Plan Mattei", fue la crítica dirigida directamente a Meloni. Ahora, para avanzar, "Africa está lista a discutir los contornos y los métodos de aplicación", pero, advirtió, "ya no podemos estar satisfechos con promesas que a menudo no se cumplen".
Comentarios inmediatamente subrayados por la oposición, desde el Movimiento Cinco Estrellas (M5S) hasta el Partido Demócrata, según los cuales la Unión Africana puso "una lápida sobre el Plan Mattei".
Meloni, al cerrar el acto, aseguró, sin embargo, que no se trata de "un plan de buenas intenciones, sino de objetivos concretos y realizables, para lo cual será necesario un calendario preciso que seguiré personalmente".
Y enfatizó el concepto de "compartir" en los pasos de esta estrategia.
Todos los participantes en los dos días en Roma aportaron "una valiosa contribución", en las intervenciones generales y en las mesas temáticas en las que participaron todos los ministros.
Y mañana están previstas conversaciones bilaterales con algunos líderes africanos, añadió el primer ministro. Desde este punto de vista, subrayó, la cumbre "fue un éxito".
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