El Consejo Europeo -luego de una negociación sorprendentemente breve entre los líderes- decidió abrir negociaciones de adhesión a Ucrania -y Moldavia- y de conceder el estatus de país candidato a Georgia.
Bosnia-Herzegovina, en cambio, deberá primero respetar las precondiciones solicitadas por la Comisión Europea.
La "historia llama" (Ursula von der Leyen) y Europa responde.
Pero todas las miradas estaban puestas en Kiev y en la oposición del húngaro Viktor Orban, que finalmente cedió. Con un bizantinismo, en el momento de la votación el hombre fuerte de Budapest no estaba presente. Una ausencia acordada con el presidente Charles Michel que permitió superar el impasse sin vetos.
"Es como con las salchichas: te fijas en el producto final, no en los ingredientes", comentó una fuente europea.
En definitiva, el plato está servido. Ahora queda por ver si irá acompañado de líneas igualmente creativas en las conclusiones de la cumbre. Pero lo que cuenta es el mensaje: la Unión Europea ha dado la señal política necesaria para permanecer en el juego. Con Rusia, pero no solo.
"Esta es una victoria para Ucrania. Una victoria para toda Europa. Una victoria que motiva, inspira y fortalece", escribió en la red social X (antes Twitter) el presidente Volodymyr Zelensky, llegado a Alemania para una visita inesperada (oficialmente en Wiesbaden, donde se halla el cuartel general estadounidense de asistencia militar a Kiev), lo que suena como una distracción para quedarse en el área.
Y ahora no se descarta un viaje a Bruselas para saborear el triunfo. "Es una elección muy fuerte, ahora el pueblo ucraniano sabe que estamos de su lado", dijo Michel, añadiendo que "demuestra la credibilidad de la UE".
Por un lado, se alegran, por el otro mastican hiel. "La adhesión de Ucrania a la UE es una decisión equivocada y Hungría no cambia su posición", bombardeó Orban en Facebook. "Por otro lado, los otros 26 insistieron y luego tendrán que seguir su propio camino".
El procedimiento de que el líder "no esté presente" -y sin delegar en un colega- no tiene precedentes. Veremos cuáles serán las repercusiones en el futuro. Los nuevos miembros, evidentemente, no se incorporarán mañana: son necesarios nuevos pasos en el Consejo, siempre por unanimidad, y procedimientos agotadores para cumplir con las normas comunitarias. Pero el viaje comienza ahora. Y muchos otros líderes no ocultan su alegría.
La premier italiana, Giorgia Meloni, expresó su "gran satisfacción" por los avances concretos en el proceso de ampliación de Ucrania, Moldavia, Georgia y Bosnia-Herzegovina.
"Este es un resultado de gran valor para la UE y para Italia, después de una negociación compleja, en la que desempeñamos un papel de liderazgo, apoyando activamente tanto a los países del Trío Oriental como a Bosnia-Herzegovina y a los países balcánicos occidentales".
El canciller alemán, Olaf Scholz, también estuvo entre los primeros en mostrar su beneplácito.
"Estos países pertenecen a la familia europea, es una señal poderosa", escribió en X. "¡Un día histórico! Contra todo pronóstico, llegamos a un acuerdo", se hizo eco la estonia Kaja Kallas. "Tanto Ucrania como Moldavia han hecho sus deberes y están dispuestos a dar los siguientes pasos para formar parte de nuestra familia europea".
Por su parte, el Consejo Europeo continúa. Aún queda la cuestión de corregir el presupuesto comunitario que debe resolverse con más recursos para la migración, para las empresas y para Ucrania (50 mil millones en ayudas plurianuales, 33 en préstamos y 17 en subvenciones).
Budapest también se interpuso aquí, impugnando las donaciones (pero no los préstamos) a Kiev. Michel se mostró "optimista" en cuanto a que sería posible "tomar una decisión" de apoyar a Ucrania con "una mayor ayuda financiera". El embutido Europa se debe disfrutar tal cual.
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