Se trata de los blindados BTR de producción soviética de que dispone el ministerio del Interior, definidos como "obsoletos" por la mayoría parlamentaria que aprobó la donación a Ucrania el 22 de noviembre.
La donación incluye también el respectivo armamento y repuestos. En los motivos del veto se señala que los parlamentarios no fueron informados en profundidad sobre los parámetros concretos de la donación para poder evaluar objetivamente si los vehículos blindados eran realmente "obsoletos".
Según el presidente Radev, los BTR podrían ser muy útiles para proteger las fronteras de Bulgaria de oleadas de inmigrantes ilegales, así como para la protección civil en caso de desastres naturales.
"No vale la pena comentar sobre el veto del presidente, ya que seguramente será anulado en el Parlamento", afirmó el primer ministro Nikolay Denkov.
Según la Constitución de Bulgaria, cuando un veto del presidente es rechazado por los diputados, la mayoría aprueba nuevamente y definitivamente la decisión impugnada.
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