En una carta enviada a los líderes del Congreso, Shalanda Young, directora de presupuesto de Joe Biden, instó a la Cámara y al Senado a actuar y hacerlo rápidamente porque "el momento de ayudar en la batalla democrática de Ucrania contra Rusia es ahora. Esto no es un problema para el próximo año".
Para la Casa Blanca, liberar los fondos en las próximas semanas es fundamental para evitar que la batalla se extienda hasta 2024, el año electoral.
Apoyar a Kiev, reitera la administración en la misiva, "ayuda a prevenir un conflicto más amplio en el que Estados Unidos se vería directamente implicado contra Rusia si el presidente, Vladimir Putin, atacara a un país miembro de la OTAN".
Sin embargo, el llamamiento de la Casa Blanca está destinado a caer al vacío si no se produce una apertura en la emergencia migratoria.
De hecho, muchos republicanos exigen que los fondos a Kiev se vinculen a medidas y recursos para reforzar la frontera con México.
La administración Biden no abordó "nuestras legítimas preocupaciones sobre la falta de una estrategia clara en Ucrania y el camino a seguir para resolver el conflicto".
Al mismo tiempo, "la Casa Blanca sigue ignorando la catástrofe en nuestra frontera", declaró el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson. El Congreso autorizó hasta ahora 111.000 millones de dólares para Ucrania y para abordar algunas necesidades críticas de seguridad nacional estadounidense.
En octubre, la Casa Blanca pidió 61.400 millones adicionales para ayudar a Kiev, con la que -según reveló el Washington Post- Estados Unidos se encontró a menudo no alineado, también debido a cálculos erróneos, a la hora de planificar la contraofensiva contra Rusia.
Las diferencias se referían en varios casos a la "estrategia, la táctica y el calendario" de las operaciones: Estados Unidos propugnaba un "asalto concentrado en el eje sur, mientras que los dirigentes ucranianos creían que sus fuerzas debían atacar en tres puntos distintos".
La advertencia de la Casa Blanca sobre los recursos ahora reducidos para Ucrania va acompañada de la cansada fase del conflicto que favorece a Rusia y de la necesidad de que también Europa llegue a un acuerdo sobre la ayuda a Kiev dentro de un año.
La revisión presupuestaria propuesta por la UE prevé, entre otras cosas, hasta 50.000 millones de euros en ayuda a Ucrania, pero el primer ministro húngaro, Viktor Orban, dijo que está en contra.
Las dificultades también se registran en Gran Bretaña, donde -según un informe de la Oficina Nacional de Auditoría- se corre el riesgo de perder 20.000 millones de euros en los programas previstos para la década 2023-2033 para actualizar los arsenales militares británicos.
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