La incógnita de la extrema derecha se convierte en una certeza ya que la nueva era del después de Mark Rutte en Países Bajos se abre bajo el signo de Geert Wilders.
El ultranacionalista anti islámico lidera el primer sondeo a boca de urna publicado al cierre de las urnas, y sella las predicciones de la víspera y allana el camino para un terremoto político que se sentirá mucho más allá de las fronteras neerlandesas. .
El líder del pelo platinado convenció a la mayoría de los votantes para que eligieran su línea dura de "no a los inmigrantes, no a las escuelas islámicas, no al Corán y no a las mezquitas". Y, si se confirman los resultados, será el punto de inflexión para crear una coalición marcadamente de derecha después de largos años en la oposición.
Un escenario con geometrías aún por esbozar, pero considerado el peor por Bruselas, donde a siete meses de las elecciones europeas el fantasma del soberanismo sigue vivo.
Después de una tensa campaña electoral, dominada por un duro debate sobre la migración, el clima y la crisis inmobiliaria, los más de 13 millones de neerlandeses con derecho a voto se movilizaron -a pesar de una menor participación en comparación con el pasado- para darle un rostro al sucesor del primer ministro con más años de servicio en la historia nacional.
Más que duplicar los 17 escaños obtenidos en las elecciones de 2021, el Partido por la Libertad (PVV) de Wilders ganaría 35 de los 150 escaños en juego en la Cámara Baja de los Estados Generales de los Países Bajos, la única con sufragio universal.
La fórmula laborista-verde, encabezada por el exvicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans, recibiría en cambio 26 escaños (frente a los 9 y 8 respectivos obtenidos al presentarse por separado en la última vuelta).
En tercer lugar, con un resultado decepcionante respecto a las expectativas, la líder de origen kurdo Dilan Yesilgoz, considerada heredera de Rutte y estancada en 23 escaños (11 menos de los que logró su predecesor en 2021). El Nuevo Contrato Social (NSC), fundado apenas en agosto por el outsider democristiano Pieter Omtzigt, está más atrás con 20 escaños.
"El PVV es el partido más grande", exultó inmediatamente el líder de la extrema derecha, y aclaró que su formación "ya no puede ser ignorada" y espetó decidido: "Gobernaremos".
Abanderado del Nexit, la salida de los Países Bajos de la UE, en las últimas horas Wilders -que vive bajo vigilancia desde hace más de quince años- había encabezado todas las encuestas, continuando impertérrito en sus mensajes contra la recepción de inmigrantes. "Tenemos que decirlo: ¡Aquí no se puede entrar!", fue uno de los pasajes del último debate televisivo en el que aprovechó para relanzar sus peticiones de "fronteras cerradas y cero solicitantes de asilo" y "alojamiento para los neerlandeses" .
Sin embargo, intentar llegar a la más alta sede del gobierno no será una tarea fácil, incluso con la victoria en la mano.
Aunque alineado con Wilders en el deseo de limitar los flujos, la ministra de Justicia saliente, Yesilgoz, había descartado en vísperas de la votación la posibilidad de apoyarlo como primer ministro. Su figura divisoria, había advertido la ex niña refugiada, no haría ningún bien al país, ni siquiera en la escena internacional.
Empero, no existe ninguna posibilidad de colaboración con Omtzigt y Frans Timmermans. El enigma sigue siendo intrincado: la última vez, Mark Rutte, necesitó 271 días para encontrar la respuesta.
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