(ANSA) ROMA - La recesión sigue siendo un escenario posible ante el deterioro del ya débil panorama económico. Los numerosos recortes en las estimaciones y las sorpresas económicas negativas confirman un panorama débil con sustanciales riesgos a la baja".
Así escribe el BCE en su Informe de Estabilidad Financiera, en el que advierte de que las perspectivas para la estabilidad financiera siguen siendo frágiles, con los mercados "expuestos a condiciones macroeconómicas adversas y a acontecimientos geopolíticos".
Entre esos acontecimientos se destacan las tensiones en Medio Oriente, que "añaden incertidumbre" no solo por su posible impacto en la energía, sino por su potencial para desencadenar la aversión al riesgo y minar la confianza.
"Las débiles perspectivas económicas, junto con las consecuencias de la elevada inflación, están poniendo a prueba la capacidad de las personas, las empresas y los gobiernos para hacer frente a su deuda", declaró el vicepresidente del BCE, Luis de Guindos.
Para el ex ministro de Economía español, "es crucial permanecer atentos en la transición de la economía a un entorno de tasas de interés más elevadas, junto con el aumento de la incertidumbre y las tensiones geopolíticas", añadió.
El Informe de Estabilidad Financiera señala que "los mercados e instituciones financieras no bancarias siguen siendo muy sensibles a acontecimientos adversos y sus vulnerabilidades podrían verse expuestas a sorpresas a la baja en las condiciones económicas".
Los fondos de inversión y otras instituciones financieras no bancarias siguen siendo vulnerables a los riesgos de crédito y liquidez, lo que pone de relieve la necesidad de reforzar su resistencia desde una perspectiva macro.
En cuanto a los bancos, han demostrado ser resistentes a las perturbaciones posteriores a la pandemia y su rentabilidad ha aumentado.
Pero los bancos se enfrentan a tres desafíos: los costos de financiación van a aumentar, la calidad de los activos puede verse afectada por el aumento de los costos del servicio de la deuda y la debilidad del entorno macroeconómico y la rentabilidad se enfrentará a un descenso sustancial del volumen de préstamos.
En conjunto, subraya el análisis del BCE, "el sistema bancario de la zona del euro está bien posicionado para soportar estos riesgos"
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