(ANSA) - BRUSELAS, 03 OTT - La Unión Europea (UE) se ve
dividida en lo que se refiere a la gestión de los migrantes, en
vísperas de la cumbre de Granada, después de que Varsovia, Praga
y Viena anunciaron que decidieron blindar sus fronteras con
Eslovaquia.
De este modo, el camino que lleva a Granada se transformó,
en cuestión de días, en una carrera de obstáculos tras el
chantaje de Kais Saied, el choque entre el Consejo y la Comisión
y las lentas negociaciones migratorias.
El expediente migratorio, incluido en la agenda de la cumbre
sólo en una etapa posterior, corre el riesgo de absorber una
reunión que fue diseñada para hablar, ante todo, sobre autonomía
estratégica y ampliación. Ahora, sin embargo, podría prevalecer
el conflicto sobre la emergencia de flujos.
El no de Túnez a los fondos de la UE fue sólo la guinda del
pastel, además de otro golpe a un Memorando que, en Bruselas,
sigue dividiendo.
"Es una clara lección. La participación de los Estados
miembros es fundamental para el éxito" de estos acuerdos, afirmó
Charles Michel. Apuntando en primer lugar a un objetivo: Ursula
von der Leyen.
Las palabras del presidente del Consejo de la UE,
entrevistado por la televisión española, TVE, certifican el
descontento que se está extendiendo en Bruselas y en varias
cancillerías por la forma en que se llevó a cabo el Memorándum
firmado en julio por von der Leyen, Giorgia Meloni y Mark Rutte.
"No era este el procedimiento, es importante que los Estados
miembros digan sí o no a lo que negoció la Comisión", recordó
Michel. Un concepto que, en Europa Buliding, tradujeron más o
menos así: con los demás Estados norteafricanos habrá que
cambiar el modus operandi. 'Estamos en contacto con Túnez para
la aplicación del Memorándum de Entendimiento', señalaron desde
la Comisión, tratando de rebajar la tensión. Pero la alarma
entre los partidarios del Memorándum ya comenzó.
"No hay alternativa al acuerdo, escuchamos las
preocupaciones de Túnez", subrayó el líder del PPE, Manfred
Weber, invitando al presidente francés, Emmanuel Macron, y al
canciller alemán, Olaf Scholz, a salir al campo para asegurar un
acuerdo en el que la distancia entre los popolares y socialistas
es cada día más amplia.
"El Memorándum no solucionó nada, debemos intervenir con
solidaridad obligatoria", reiteró el grupo S&D.
En la cumbre de los 27 del viernes se hablará de migración
en todos los ámbitos. En Granada "espero pasos hacia adelante",
subrayó Meloni, reforzado por la solidez del eje Med9 surgido en
Malta.
Pero en la dimensión interna, la UE sigue navegando de
reojo.
Polonia y Hungría, en Andalucía, reiterarán su exigencia de
unanimidad en las decisiones sobre la materia. Sobre la
regulación de las crisis migratorias, y el papel de las ONG que
ha dividido a Roma y Berlín, Bruselas no renuncia a la idea de
un compromiso rápido.
"Buscamos un punto de caída", la discusión de Granada está
en un plano distinto al de la negociación legislativa pero "el
hecho de tener un entendimiento podría influir" en el debate,
explicó un alto funcionario de la UE.
El miércoles se espera que los representantes permanentes
asistan a una nueva reunión sobre la Declaración de Granada (que
deberá ser aprobada por unanimidad en la cumbre).
El tema de la migración se abordará de alguna manera, y el
hecho de que ya se haya alcanzado un punto de inflexión en la
regulación de la crisis sigue siendo casi utópico.
El jueves a Granada, para la cumbre de la Comunidad Política
Europea, llegarán 50 jefes de Estado y de Gobierno, y es posible
la presencia del presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky.
Ucrania también estará entre los temas prioritarios de la
cumbre de los 27 del viernes. El riesgo es que la agenda, sin
embargo, refleje las tensiones de los últimos días.
Los 27 también se reunirán a raíz del endurecimiento de las
fronteras interiores de la UE. Luego de Alemania con Polonia y
la República Checa (por el asunto de los visados), hoy fueron
Varsovia, Praga y Viena quienes anunciaron un aumento de los
controles fronterizos con Eslovaquia.
El objetivo es bloquear los flujos irregulares que llegan
del sur y el este. El hecho de que la decisión haya llegado
justo cuando en Bratislava el populista y putiniano Robert Fico
intenta formar gobierno despertó al menos cierta suspicacia en
Bruselas.
Después de todo, el fin de semana hay votaciones en Hesse y
Baviera, el 15 de octubre en Polonia, en noviembre en Países
Bajos. Después será el turno de las elecciones europeas.
El horizonte temporal para el acuerdo sobre los inmigrantes
se estrecha cada vez más. (ANSA).
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