El Parlamento Europeo aprueba el "Media Freedom Act" (MFA), la ley UE relativa a la libertad y la transparencia de los medios, que promete más seguridad para los periodistas contra las amenazas externas y exige, a la vez, más claridad de parte de los colosos de la información.
En el texto aprobado por amplia mayoría en el plenario de Estrasburgo, en lo relativo a las tutelas, los eurodiputados solicitan normas uniformes en todos los países miembros. Incluso en la esfera digital.
No pasa la prohibición total del uso de software espía contra los periodistas, que podrán ser usados "solamente como medida de última instancia" pedida por una autoridad judicial independiente para investigar un delito grave como el terrorista o de trata de seres humanos".
En términos de transparencia, sin embargo, los eurodiputados pretenden obligar a todos los medios a publicar información sobre su estructura propietaria e información sobre los fondos procedentes de países de la UE o de terceros.
El tema del software espía es, desde hace tiempo, un tema candente en la Eurocámara, que dedicó una comisión específica al uso de Pegasus y su software sucesor, protagonistas de los escándalos de espionaje que afectaron a los gobiernos español, húngaro y griego. Pero además herramientas de investigación para las revelaciones que llevaron a la explosión del escándalo de corrupción Qatargate.
La decisión de no aprobar una prohibición total suscitó algunas críticas, entre ellas, la de la eurodiputada del Movimiento 5 Estrellas, Sabrina Pignedoli, que denuncia como "gracias a esta modificación las autoridades judiciales podrán implantar o esconder en los celulares o en las computadoras de los periodistas los malware (programas maliciosos) para detectar o robar informaciones también personales".
Amplio espacio en el texto -que deberá ahora ser negociado con los gobiernos UE- a la relación entre las grandes plataformas de las redes sociales y la prensa europea.
Los eurodiputados aprobaron la llamada 'media exención', un mecanismo para evitar que las decisiones sobre moderación de contenidos tomadas en Silicon Valley -y válidas para todas las Big Tech- afecten a la libertad de los medios europeos.
En los planes de la Eurocámara deberá ser ideado un mecanismo para gestionar la remoción de los contenidos distinguiendo, ante todo, a aquellos publicados por los medios independientes respecto a los contenidos generalistas.
De acuerdo con las nuevas reglas las plataformas digitales deberán dar un preaviso a los periodistas antes de censurar sus contenidos. Los editores tendrán 24 horas de tiempo para responder antes de la eliminación automática.
Una medida contra la que arremetió la Computer & Communication Industry Association, organización estadounidense que engloba entre sus miembros a Facebook, Google y Twitter, según la cual la exención "creará nuevas lagunas para difundir noticias falsas". Entre los nuevos límites fijados por los europarlamentarios figura un techo a la publicidad pública. Los gobiernos, es la imposición, no podrán más concentrar e.15% del presupuesto disponible total nacional a un solo medio estimulando, de esta manera, el pluralismo y la competencia.
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