El gobierno de Giorgia Meloni relanzó la intervención de la ONU en la lucha contra los traficantes de inmigrantes y consideró que el modelo a seguir es el que adoptó Giovanni Falcone, el juez italiano que intentó desmantelar la mafia Cosa Nostra.
"Una guerra total y global sin descuentos a los traficantes de seres humanos" que apuntará también a los capitales ilícitos en todos los rincones de la tierra con el objetivo de detener el negocio de la inmigración ilegal que, para Europol, genera entre 6 y 7 mil millones de euros cada año a las organizaciones.
Para ello, Meloni relanzó la intervención de la ONU desde Palermo, donde los ministros del Interior y de Justicia, Matteo Piantedosi y Carlo Nordio, dictaron la agenda de Italia a los países socios que firmaron hace veinte años la Convención, en plena capital siciliana, contra el crimen organizado, que entró en vigencia en 2003.
La lucha contra la inmigración ilegal y los traficantes fue el tema central de la conferencia, a la que asistieron representantes institucionales de 30 países.
"El compromiso en la lucha contra el tráfico de inmigrantes debe unirnos, la colaboración con el sistema de la ONU es fundamental", recordó Piantedosi, que al margen firmó dos tratados con Argelia y Libia.
"Ningún Estado puede aceptar que el crimen organizado determine las políticas migratorias nacionales, ni que se practiquen formas innobles de esclavitud moderna", añadió el titular del Ministerio del Interior.
En cuanto a la línea del gobierno, aclaró que, por un lado, se trata de reforzar "la colaboración con los países de origen y tránsito de los flujos para fortalecer la cooperación en materia de investigación y hacer más efectiva la respuesta represiva contra los traficantes".
Por otro lado, la idea es "tomar acciones concretas sobre las causas de la migración y ofrecer a los migrantes alternativas legales a sus proyectos migratorios".
Conceptos también reiterados por el subsecretario de la Presidencia, Alfredo Mantovano, después de haber sostenido una serie de reuniones bilaterales, al margen de la cumbre de Palermo, con representantes de los gobiernos de Alemania, Gran Bretaña, Túnez, Francia y Turquía.
"Creemos que debemos seguir dos vías extremadamente conectadas, el desarrollo de África y la regulación de los flujos migratorios - afirmó - pretendemos hacerlo con un acto no colonial y ni siquiera poscolonial, las dos vías deben seguirse en pleno acuerdo con los países interesados".
"No debemos establecer en Palermo, Roma o Bruselas qué es lo mejor para estos países".
En cuanto al tráfico de inmigrantes, a corto plazo, sin embargo, según el subsecretario, es necesario "destruir los medios improvisados ;;que se utilizan en los viajes de desesperación", empezando por los barcos, así como "identificar los lugares donde se construyen y los proveedores de los materiales".
Mientras, en los países en transición "campos de recogida dignos del ACNUR" y "comisiones para las solicitudes de asilo con perspectivas de reubicación proporcionada, en función de la población, en "Europa" son necesarias.
Con respecto a las ONG en Bruselas, observó Mantovano, durante las negociaciones en la UE debemos preguntarnos si "facilitan o obstaculizan a los traficantes de inmigrantes".
Mientras tanto, tras una parada de ocho días, se reanudaron los desembarcos en Lampedusa: 90 naufragados llegaron a la isla en tres operaciones de salvamento diferentes.
El barco de la ONG Louise Michel llegará mañana a Pozzallo, con 45 inmigrantes a bordo.
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