Italia y Alemania tienen "objetivos comunes" en materia de inmigrantes: frenar las salidas de inmigrantes irregulares, luchar contra los traficantes, evitar las muertes en el mar, desafíos todos en los que los dos gobiernos quieren "colaborar".
Sin embargo, persisten las "diferencias" respecto a las ONG. El canciller italiano Antonio Tajani, en un encuentro cara a cara con su par alemana, Annalena Barbock, en Berlín, reiteró que Roma teme un "efecto imán" sobre los desembarcos, pero su colega respondió que los barcos civiles siguen desempeñando un papel importante en el frente "humanitario". Por este motivo, Berlín seguirá adelante con la financiación de esas organizaciones, según lo previsto.
La esperada reunión entre los jefes de las dos diplomacias de Italia y Alemania terminó sin resolver el nudo más intrincado de las relaciones bilaterales en materia de migración. Tajani voló a Berlín para explicar en persona la postura italiana sobre las ONG tras la carta de Giorgia Meloni al canciller Olaf Scholz.
En esencia, emergen las dudas de Roma sobre la decisión de Berlín de financiar entidades que se ocupan de rescates en el Mediterráneo y de asistencia a refugiados en territorio italiano. Una iniciativa descoordinada que, según el jefe de la Farnesina, no resuelve de raíz el problema de la presión migratoria en las costas italianas.
"Nadie hace la guerra a las ONG" y "todos queremos salvar vidas humanas", pero existe "el riesgo de que los barcos sean atractivos, como afirmó Frontex, para aumentar la inmigración", que acaba concentrándose exclusivamente en las costas italianas, subrayó Tajani. En este marco, la ayuda que Roma espera de sus socios alemanes es un "esfuerzo financiero que se centre en soluciones estructurales a la cuestión migratoria", por ejemplo "iniciativas en Africa".
Baerbock reconoció y agradeció a Italia su contribución a los rescates en el mar, recordando que "casi el 95%" de las personas salvadas fue gracias a la Guardia Costera de ese país.
Al mismo tiempo, la objeción planteada en Roma es que "quienes voluntariamente realizan rescates con barcos civiles hagan una contribución", también para compensar el cierre de la misión europea Mare Nostrum.
La ministra alemana confirmó luego su "apoyo" a las ONG, anunciando que el desembolso de fondos es inminente en tres casos: uno más que los organismos que ya conocíamos, Sant'Egidio y SOS Humanidad.
Aunque no existen divisiones respecto a las ONG, a la misma hora surgían nuevas divisiones en Bruselas sobre el Pacto sobre los Migrantes. Tajani y Baerbock mostraron una línea común sobre la estrategia para afrontar el desafío migratorio: "Nuestro objetivo común es que la gente ni siquiera se suba a esos destartalados barcos", por lo tanto, debemos "trabajar con los países de origen, también para facilitar las repatriaciones de aquellos que no tienen derecho a permanecer", afirmó Baerbock.
"Al trabajar en soluciones europeas conjuntas, no dejaremos solos a los Estados individuales", sostuvo su colega italiano.
Con la aclaración de que las normas de Dublín "no funcionan" y que se necesita "un sistema de asilo común".
"Debemos defender el derecho a no emigrar, por eso queremos llegar a acuerdos con los países de salida", fue la postura expresada por Tajani. Quien recordó que Italia está abierta a los flujos "regulares", hasta el punto de que en los próximos tres años llegarán a trabajar más de 450.000 personas, como se estableció ayer en el Consejo de Ministros con el decreto sobre flujos.
En última instancia, el clima entre los dos ministros de Asuntos Exteriores no parecía ser de oposición. Ambos quisieron subrayar la sólida "amistad" entre Italia y Alemania, y que precisamente por eso es más que normal discutir "si hay cosas en las que no estamos de acuerdo", afirmó Tajani.
"Si una carta y la cuestión de cómo se financian las ONG son los únicos problemas entre dos países, creo que estaríamos contentos si así fuera en muchas relaciones bilaterales", se hizo eco Baerbock.
En los próximos días, entre otras cosas, habrá oportunidad de un nuevo enfrentamiento, esta vez entre los dos jefes de Gobierno, Meloni y Scholz: el Consejo informal de Granada, los días 5 y 6 de octubre.
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