La premier italiana, Giorgia Meloni, pidió que se evite el riesgo de un retorno de "la barbarie de la esclavitud en otras formas", en su discurso en Naciones Unidas, donde también aseguró que la tragedia de los inmigrantes no puede abordarse sin unidad.
Y esa necesidad crece desde que, con la agresión rusa contra Ucrania, la inestabilidad global aumentó y los países más débiles están pagando el precio, empezando por el bloqueo del grano, por ejemplo, los africanos.
También en Nueva York, la premier también se permitió un momento informal, una cena en un conocido restaurante italiano -la especialidad es la pizza napolitana "a la antigua"- con su personal y con su hija Ginevra, quien también la acompaña.
No habrá recepción para ella con Joe Biden, en la tradicional cita que el presidente estadounidense ofrece a los líderes mundiales con motivo de la Asamblea General de la ONU.
La premier no asistió a la velada en el Museo Metropolitano de Arte (que no figuraba en la agenda oficial), al igual que+otros dirigentes, señalan desde el Palacio Chigi, recordando que Meloni tiene continuas oportunidades de intercambio con el presidente estadounidense, la última de ellas hace apenas unos días con motivo del G20 en India.
Meloni también se pierde la intervención en la sesión especial del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas dedicada a Ucrania.
Una cita histórica por la participación simultánea de Volodimir Zelensky y el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serghuei Lavrov.
La ausencia está justificada por el equipo de la premier debido a los compromisos en las reuniones bilaterales con los países africanos, que cambian constantemente (Argelia, por ejemplo, ya estaba en la agenda y luego se aplazó).
El vicepremier y ministro de Asuntos Exteriores, Antonio Tajani, tomó la palabra en lugar de la premier para reiterar que la posición de Italia sigue firme junto a Kiev mientras sea necesario.
"Debemos buscar una paz 'justa' y Roma está y estará en primera fila también para reconstrucción", aseveró.
Pero lo más importante para la delegación italiana es el compromiso de Naciones Unidas en el tema de los inmigrantes.
Hay "mucha atención y conciencia, y hay mucha solidaridad.
El problema es entender cuándo y en qué medida esa solidaridad también se convertirá en hechos concretos", había dicho la premier después de depositar una corona de flores ante la estatua de Colón junto a Central Park.
Y según la idea italiana, una "acción concreta" por parte de la ONU podría ser la gestión de los puntos críticos en África, como ocurre en Libia.
Con la participación de ACNUR y OIM (Tajani habló de ello con Amy Pope, quien dirige la Organización Mundial para las Migraciones).
Naciones Unidas también puede desempeñar "un papel importante en la sensibilización", para "dejar claro que no se trata de una cuestión ideológica", que la migración debe ser gestionada teniendo en cuenta no sólo la emergencia, sino también en una estrategia de mediano plazo, sostuvo Meloni.
Esa estrategia, de hecho, debería apoyarse en el crecimiento económico y social de los países africanos, como pretende hacer Italia con su Plan Mattei. Y eso para reducir los motivos que empujan a millones de personas cada año a abandonar sus tierras y sus territorios en Italia, que sigue siendo la puerta de entrada a Europa.
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