Se trata tal vez del más importante contra objetivos navales rusos desde el inicio de la guerra, al menos según reportaron algunos comentaristas.
Durante la noche, una lluvia de misiles impactó en el puerto prorruso de Sebastopol, dañando un submarino de ataque mejorado de la clase Kilo, el "Rostov del Don", y un barco anfibio de la clase Ropucha, el "Minsk".
Según los prorrusos, al menos 24 personas resultaron heridas.
Es la primera vez que las fuerzas ucranianas consiguen neutralizar un submarino desde el inicio de la invasión rusa.
Dada la dificultad de atacarlo mientras está en el mar, de hecho, una de las pocas posibilidades que le quedan en Kiev es atacarlo mientras está con la cabeza fuera del agua, o en reparación en un puerto, como en este caso.
El "Minsk" también estaba en obras cuando fue atacado: los 007 de Kiev, que definieron el ataque como "histórico", ya no podrán volver a surcar los mares.
Un ataque masivo, que se habría producido mediante misiles de crucero británicos Storm Shadow.
En total, según el Ministerio de Defensa ruso, Ucrania lanzó diez de ellos, de los cuales siete fueron interceptados. Al mismo tiempo, un ataque con drones contra una embarcación rusa en el mar Negro fue frustrado por el barco patrullero Vasily Bykov.
Los líderes de Kiev elogian el éxito de la misión. En palabras de Mykhailo Podolyak, asesor del presidente ucraniano, se trató de "una declaración profesional y significativa" de la capacidad de las fuerzas armadas ucranianas.
Sin duda, el ataque a Sebastopol fue una demostración de fuerza, a lo que se sumó también la destrucción del buque KC-701 "Tunets", hundido en la parte noroeste del Mar Negro.
Para el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, "los resultados estarán ahí, el enemigo los sentirá".
Casi al mismo tiempo que Ucrania atacaba Crimea, Rusia lanzó otra incursión contra la infraestructura portuaria de la región de Odessa.
Los puertos fluviales del Danubio de Izmail y Reni volvieron a ser atacados por Moscú. En el primer caso, seis personas resultaron heridas, mientras que en el segundo un civil resultó herido y resultaron dañados edificios administrativos, almacenes, tanques de almacenamiento de aceite comestible y vehículos de motor.
Aquí los ataques rusos se multiplicaron desde que el Kremlin decidió retirarse del acuerdo sobre cereales a mediados de julio.
Según Alexander Kubrakov, ministro de Infraestructuras de Ucrania, la interrupción del pacto y las incursiones rusas habrían costado una reducción de las exportaciones de cereales de casi 3 millones de toneladas al mes. En total, 105 infraestructuras portuarias se vieron afectadas.
Mientras la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, vuelve a sostener que el destino de Ucrania está en la UE, pero recuerda que la adhesión se gana por "mérito", el Consejo de la UE ampliaó las sanciones a Rusia.
Desde Berlín, en tanto, llegan para Kiev otros 20 Marder, los vehículos blindados de combate, y otros dos tanques Wisent para la remoción de minas.
Una ayuda importante para una contraofensiva que, según el Ministro de Defensa italiano, Guido Crosetto, "no es un paseo por el parque".
Esto, sin embargo, no le impide a Crosetto mantener la esperanza de que puedan surgir "intentos de resolución" del conflicto "en un tiempo razonablemente corto, en los próximos 7 u 8 meses".
Para el ministro de Defensa ruso, Serghei Shoigu, sin embargo, Rusia "no tiene otra opción" que ganar.
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