Después de las vacaciones de verano, los debates sobre los expedientes de la transición energética volverán a Bruselas la próxima semana, mientras nuevos nubarrones se acumulan en el horizonte del Pacto Verde de la Unión Europea.
El laborista de Países Bajos Frans Timmermans, arquitecto y firme defensor del Pacto Verde de la UE -incluso a costa de enfrentamientos dentro de la llamada "mayoría Úrsula" con el PPE- ha dejado su puesto de vicepresidente primero de la Comisión Europea para presentarse como candidato en las elecciones que se celebrarán en noviembre en los Países Bajos.
Y el martes llegará a Bruselas el candidato propuesto por La Haya para su sustitución, el halcón Wopke Hoekstra, miembro del PPE y ex ministro de Finanzas y Asuntos Exteriores. En Bruselas se observa que ya hay suficientes motivos para preocupar a los partidarios del Pacto Verde.
Si a esto se le suma que hay numerosos expedientes sobre la transición verde aún pendientes a menos de un año de las elecciones europeas, la hipótesis de una desaceleración de la agenda verde de la UE se vuelve más que plausible. La cartera del próximo comisario holandés dependerá de su perfil y de sus cualificaciones, asegura la Comisión.
Las funciones de Timmermans como coordinador del Pacto Verde han sido transferidas a Maros Sefcovic, del área socialista. Además de la cartera climática, pero sólo temporalmente. El clima debe permanecer "en manos de la familia socialista y demócrata", pidió el grupo S&D en un comunicado.
Hoesktra, según el comunicado, no debería esperar un "apoyo por defecto" en las audiencias del Parlamento Europeo, dadas sus conocidas posiciones rigurosas en materia de economía y las "recientes maniobras cínicas y populistas del PPE para descarrilar los principales expedientes legislativos" del Pacto Verde". Son numerosos los reglamentos y directivas que aún no han tomado una forma precisa y avanzan con dificultad ante las reservas de varios países, entre ellos Italia.
El próximo jueves, por ejemplo, se celebrará la segunda reunión de negociación sobre los "invernaderos". La primera tuvo lugar a principios de junio, bajo presidencia sueca. La tercera no está prevista antes de finales de septiembre, indican fuentes de la presidencia española. "Queremos avanzar en las negociaciones y cerrarlas", aseguran desde Madrid. Pero tres reuniones en tres meses no parecen sinónimo de urgencia.
A mediados de septiembre debería celebrarse la votación sobre el reglamento sobre residuos de envases en la comisión de medio ambiente del Parlamento Europeo. Dos comisiones, la de Agricultura y la de Industria, han traducido la posición italiana en enmiendas y han rechazado los controvertidos objetivos de reutilización. Pero aún está por verse qué sucederá en la comisión de medio ambiente.
Así como la regulación sobre el uso sostenible de pesticidas navega en la incertidumbre, sobre la cual se libra un tira y afloja entre las comisiones de medio ambiente y agricultura. Y por eso la votación sigue avanzando.
El Parlamento todavía está trabajando en el sistema de certificación de la absorción de CO2 (eliminación de carbono), presentado el año pasado. Los expedientes sobre las aguas residuales urbanas y la calidad del aire, por el contrario, avanzan lentamente en el Consejo, donde la propuesta sobre las normas Euro 7 para vehículos pesados ;;y el nuevo reglamento sobre las infraestructuras de transporte también están pasando por un proceso problemático.
Tampoco hay acuerdo sobre el cese de los gases fluorados, componente esencial de los aparatos de aire acondicionado: se esperaba un acuerdo para julio, pero no se llegó.
Y la Comisión también está reduciendo el alcance de algunas medidas anunciadas, como la prohibición de vender calderas de gas a partir de 2029, que deberían tener en cuenta excepciones y derogaciones.
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