El periodista Alexander Khrebet (premio europeo AIIForJan 2023 por sus investigaciones) ha reconstruido el rastro de odio hacia Prigozhin que se escondía en las salas del ministerio ruso (y ahora presumiblemente la satisfacción por su final), junto a Ilya Barabanov, corresponsal de Servicio ruso de la BBC y destacado experto en la milicia Wagner.
El conflicto con los altos generales rusos es una historia que se hunde en el óxido de los suministros de Concord Catering a las fuerzas armadas rusas y a los banquetes del Kremlin: es decir, desde que las empresas de Prigozhin obtuvieron un contrato casi monopólico para suministrar todos los comedores y guarniciones del ejército de Moscú, desviando enormes flujos de dinero de las manos de generales corruptos que terminaron en os bolsillos del "chef de Putin".
Y los mismos generales a quienes Prigozhin les había robado la gallina de los huevos de oro de los suministros se transformaron en sus primeros enemigos feroces en Moscú.
En 2015, Prigozhin se había convertido en uno de los principales contratistas del Ministerio de Defensa: "Casi todos los contratos estatales del ejército ruso pasaban por él", dijo Khrebet.
En resumen, un enorme flujo de dinero que olía mal dentro de los edificios ministeriales, especialmente por la mala calidad de los alimentos suministrados a los militares. Cuando Sergey Shoigu reemplazó a Anatoly Serdyukov como ministro de Defensa ruso en 2018, los contratos de Prigozhin aumentaron: "Obviamente no fue decisión de Shoigu. No tenía otra opción. Fue una decisión irrefutable de Putin", dijeron Khrebet y Barabanov.
La invasión de Ucrania sacó a la superficie el conflicto entre Prigozhin y los generales. Las tensiones públicas estallaron en el otoño cuando Prigozhin y gran parte del ecosistema militar ruso pro guerra comenzaron a criticar furiosamente el liderazgo militar ruso.
Luego las cosas transcurrieron como todos saben. Queda la imagen del avión Wagner estrellándose contra el suelo sin esperanza.
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