La exhortación al Fondo Monetario Internacional de que libere fondos para Túnez y un nuevo decreto de seguridad que llegará en septiembre y que también contendrá medidas enérgicas contra las expulsiones y la verificación de la edad de los inmigrantes supuestamente menores de edad.
El gobierno estudia contramedidas para hacer frente al malestar de gobernadores y alcaldes tras las nuevas oleadas de desembarcos, que en estas horas parecen haberse ralentizado sólo por las difíciles condiciones del mar.
Entre los últimos en dar la alarma estuvo el gobernador Luca Zaia: "Estamos preocupados porque no hay más plazas y la situación corre el riesgo de volverse inquietante", afirmó el presidente veneciano, sumándose a las advertencias de la Asociación Nacional de las Comunas Italianas (ANCI), que se queja específicamente de la imposibilidad de garantizar protección en el sistema de acogida de menores extranjeros no acompañados: sólo el último fin de semana llegaron dos mil.
En este sentido, el nuevo decreto ley, que llegará el próximo mes, podría endurecer los controles médicos realizados a establecer la edad (desde la radiografía de la muñeca hasta otros controles anatómicos) de aquellos migrantes que acaban de desembarcar y declararse menores de edad durante las visitas.
"Podría haber un cupón sobre la ley Zampa", se limita a decir el subsecretario del Interior, Nicola Molteni, refiriéndose a la ley vigente que lleva el nombre del exponente demócrata, que establece investigaciones consideradas menos invasivas y según las cuales, en caso de dudas la persona debe ser considerada menor de edad.
Y la otra subsecretaria, Wanda Ferro, abre la posibilidad de replicar en Bolonia lo hecho por el primer centro gubernamental de acogida de menores que desembarcan en Rávena.
La ley de seguridad en estudio también contendrá medidas severas contra las expulsiones de inmigrantes ilegales con un alto perfil criminal y sujetos violentos, normas para reforzar la seguridad en las ciudades, un endurecimiento de las penas por desacato a los funcionarios públicos y una se endureció sobre algunos delitos cometidos por jóvenes bandas, que podrían caracterizarse por la circunstancia agravante de asociación para delinquir.
Queda el aumento exponencial de las llegadas de inmigrantes sobre los cuales pesa la difícil situación socioeconómica de Túnez.
En la vanguardia de este frente está el subsecretario del Consejo de ministros, Alfredo Mantovano, que cuestiona "la rigidez del FMI, que todavía escatima en la apertura del crédito a Túnez, diciendo que primero deben garantizar el respeto de los derechos. Nos permitimos observar que si no puedes pagar los sueldos de los policías no estás en condiciones de garantizar el orden público y, por tanto, los derechos están menos protegidos".
Entre las próximas medidas, Mantovano también anunció el nuevo decreto de flujos: "se publicará en breve -afirmó- y por primera vez es trienal, 450.000 extranjeros que vendrán de modo regular.
La indicación de una camino regular debe ser el antídoto para entregar a los comerciantes de la muerte.
También existe la posibilidad de entrar fuera del contingente para el aspirante a trabajador si asistió a un curso de formación organizado por una empresa o red italiana".
Mientras tanto, continúan las llegadas desde el mar. Tras el desembarco en Massa Carrara de 196 inmigrantes rescatados en el Mediterráneo por Open Arms, se están realizando evaluaciones de la competencia de la capitanía del puerto y de la jefatura de policía sobre la conducta de la ONG en las operaciones realizadas con su propia embarcación.
El riesgo es una sanción administrativa pecuniaria y una detención administrativa -de momento no confirmada- por no haber acatado la indicación de acudir directamente al puerto seguro.
De los 196 inmigrantes que llegaron al puerto de Marina di Carrara, 80 están destinados a instalaciones de acogida en Toscana, 71 en Piamonte y una treintena en Umbría.
En cuanto a los menores no acompañados, la mayoría permanecerá en Massa, otros se dirigirán a otras provincias de la Toscana.
Por otro lado, 114 migrantes llegaron al puerto de Salerno a bordo de un barco SeaEye4, identificados a bordo de pequeñas embarcaciones durante tres operaciones de rescate diferentes.
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