Se trata de un doble reconocimiento para la premier italiana, ya que en el espacio de seis horas, la primera ministra fue confirmada como presidenta de los Conservadores Europeos (ECR) el lunes por la noche.
Los dos acontecimientos, aparentemente distantes entre sí, están a primera vista conectados, dado que nunca antes, como en estos meses, el tema del vínculo transatlántico de los países europeos conectó con el de los vínculos infraeuropeos, sobre los que los Conservadores tienen su propio enfoque.
A las 19 horas del lunes, las agencias de noticias "dieron a conocer" la noticia de la elección de Meloni para un nuevo mandato en la presidencia de la ECR.
Después de poco más de una hora, llegó desde Washington la noticia de la llamada telefónica entre Biden y Meloni, y en la noche italiana, poco antes de las 2 (0 GMT), la Casa Blanca anunció la invitación del presidente estadounidense a la primera ministro italiana.
La llamada telefónica, y luego la invitación a Washington, le permiten a Meloni sobre todo frenar las polémicas internas debido a que Biden, en medio de la crisis en Rusia por la marcha del jefe de los mercenarios de Wagner, Yevgeny Prigozhin, sobre Moscú, había consultado telefónicamente con el presidente francés, Emmanuel Macron, el canciller alemán, Olaf Scholz y el primer ministro británico, Rishi Sunak, pero no con el Palacio Chigi.
Una exclusión definida como "grave" por Matteo Renzi y mal vista por el gobierno y por la propia Meloni. Pero más allá de la polémica interna, la llamada telefónica del lunes por la noche y la invitación a Washington (en fecha por definir) le permiten a la primera ministra italiana definir mejor algunas opciones de política exterior.
Tanto Roma como Washington hicieron saber que en las conversaciones el "foco" estaba puesto en la guerra de Ucrania, los escenarios que se abren en Rusia tras el motín de los milicianos de Wagner, pero también en un punto que toca de cerca a Italia: el papel que los mercenarios de Prigozhin tienen en Africa, donde de hecho controlan varios Estados del cinturón del Sahel (Malí, Burkina Faso, Africa Central, Sudán) por donde transitan los traficantes de migrantes.
Para el gobierno de Meloni, el reconocimiento por parte de Estados Unidos del papel de Italia en el Mediterráneo es una carta para jugar en la mesa europea.
El perfil atlantista que la invitación a la Casa Blanca otorga a Meloni, el aprecio de Biden por el compromiso de Roma con Ucrania, acerca a la premier a los demás gobiernos conservadores de la UE, empezando por el gobierno polaco de Mateusz Morawiecki, el mejor aliado de Estados Unidos en el apoyo a Ucrania.
Este elemento, junto con su reconfirmación como líder del ECR, podría indicar la intención de Giorgia Meloni de acercarse a Morawiecki y a los conservadores en las negociaciones de la UE sobre una serie de expedientes, en los que los conservadores presionan por un enfoque intergubernamental y no "comunitario", a diferencia del enfoque de la Francia de Macron y la España de Pedro Sánchez, con los cuales Italia está más cerca en las delicadas negociaciones sobre la reforma del pacto de estabilidad.
Las diplomacias italiana y estadounidense trabajan ahora para encontrar una fecha compatible con las agendas de Meloni y Biden, sin duda después de la cumbre de la OTAN en Vilna el 11 de julio, sin excluir un aplazamiento más allá del 31 de julio.
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