La madre de un niño fallecido a causa de una leucemia transformó la habitación de los niños más graves del hospital italiano Angelo de Mestre, en Venecia, en un bosque animado con ciervos y pájaros.
Gracias a su iniciativa, los niños con patologías oncológicas que se encuentren en esta habitación podrán seguir soñando, y los que les acompañan durante mucho tiempo lo podrán hacer en un lugar más acogedor y vivo.
"De un gran dolor como la pérdida de mi hijo, nació un arco iris de colores, nació el deseo de transformar el luto en energía. Y esta habitación, toda nueva gracias a pinceles y colores, solo es uno de los frutos", explicó Daniela Buranello al director general del hospital, Edgardo Contato, durante una visita al departamento de pediatría.
En 2015 perdió a Giovanni, de 7 años, el más pequeño de sus dos hijos, "después de una larga enfermedad, una leucemia linfoblástica", recordó.
"Durante cinco años la habitación y el departamento en el que Giovanni fue tratado, en un hospital del Veneto, fueron mi gran familia. Allí viví día y noche, jugué, lloré y también reí, sufrí mucho y hasta el final tuve esperanza", confesó.
"Cuando atraviesas un recorrido tan largo en contacto con el sufrimiento, en los lugares donde todo esto sucede, te familiarizas con cada detalle: los olores, los ruidos, las sensaciones, las costumbres, las personas, los enfermeros y las historias de las personas que están allí contigo y de las que estuvieron antes. Te cruzas con otras vidas y todo esto al final forma parte de ti de manera indeleble", prosiguió.
Por ello, después de la muerte de Giovanni "pensé que la cosa más bonita y justa fuese dar una parte de mí a los demás, allí donde las personas sufren. Y pensé hacerlo en el hospital de mi ciudad, Mestre, en el que ahora están combatiendo desde hace tiempo, o tendrán que hacerlo, la batalla más difícil de su vida".
Buranello fundó la asociación "La sonrisa de Giovanni", con la que lanza y lleva a cabo pequeños y grandes proyectos para los departamentos pediátricos y oncológicos del territorio.
En primer lugar, encontró fondos para, en el sector de Pediatría del hospital Angelo, embellecer la habitación de aislamiento para los niños con patologías emato-oncológicas, donde los pequeños pacientes se quedan mucho tiempo, como sucedió a Giovanni, y la quiso transformar en un paisaje de fábula.
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