(ANSA) - El aumento de los gastos por la intervención militar en Ucrania y la contracción de los ingresos por exportaciones de energía hacen volar el déficit estatal ruso, que en los cuatro primeros meses del año ya superó el techo fijado para todo 2023.
Así aumentan las incertidumbres sobre la capacidad de seguir financiando el conflicto, que, sumadas a las controversias internas sobre el manejo de las operaciones, crean un clima de evidente nerviosismo.
Incluso hoy Yevgeny Prigozhin atacó a las fuerzas armadas regulares, acusadas no sólo de haber dejado a su compañía Wagner sin munición suficiente en la batalla de Bajmut, sino también de haber abandonado ignominiosamente el campo al negarse a proporcionar la protección de los flancos que necesitan sus milicianos.
"Ese terreno que fue conquistado con la sangre y la vida de nuestros compañeros durante muchos meses -lamentó Prigozhin- ahora está siendo desechado sin combatir por quienes se supone que deberían cubrirnos".
El Kremlin permanece en silencio: "Dejaré esta pregunta sin un comentario", dijo el portavoz Dmitry Peskov a un reportero que le preguntó sobre la posición de Putin sobre Prigozhin.
Especialmente después del martes, durante el desfile en la Plaza Roja por el aniversario de la victoria sobre el nazismo, el jefe de Wagner criticó no solo a los jefes militares sino también, con palabras ambiguas, a alguien a quien definió como "un anciano que se cree feliz", pero que un día podría resultar simplemente incompetente.
¿Un ataque dirigido a (el presidente ruso Vladimir) Putin? Prigozhin se cuida de no aclarar, pero no sorprende que en el círculo más estrecho del poder, según escribe el sitio independiente Meduza, se cree que el jefe de Wagner superó la "línea roja" y por eso el Kremlin está "perdiendo la paciencia" con él considerándolo una "grave amenaza".
Otra "grave amenaza" proviene de las cuentas públicas. Según datos del Ministerio de Hacienda ruso citados por el Moscow Times, entre enero y abril el déficit registrado fue de 3.420 millones de rublos (41.200 millones de euros al cambio de hoy), mientras que inicialmente se esperaba de no superar los 2.900 millones de rublos (35.000 millones de euros) en todo el 2023.
En los primeros cuatro meses, los gastos crecieron un 26% con respecto al mismo período de 2022 y los ingresos disminuyeron un 22%, con una caída del 52% en los ingresos por exportaciones de petróleo y gas.
Peskov trató de apagar las alarmas asegurando que "la situación es absolutamente controlable", que "existen los márgenes de seguridad necesarios" y que Rusia tiene "buenos indicadores macroeconómicos". Pero las preguntas sobre la capacidad real del país para apoyar financieramente el conflicto a largo plazo parecen legítimas.
El Poder Judicial ruso pasa en tanto al contraataque sobre el mandato de arresto emitido por la Corte Penal Internacional contra Putin, acusado, entre otras cosas, de haber hecho deportar a niños de Ucrania.
El jefe de la Comisión de Investigación, Alexander Bastrykin, anunció que el presidente y tres jueces del Tribunal de La Haya que intervinieron en esta decisión, acusados por Moscú de formular acusaciones flagrantemente injustificadas y de haber solicitado la "detención ilegal" de un representante de un Estado extranjero.
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