(ANSA) - LONDRES, 08 MAG - Un homenaje integral a la figura
de su padre, el rey Carlos III: es el sentido del esperado
discurso de celebración que dirigió esta noche el heredero al
trono William, príncipe de Gales, a las cerca de 20.000 personas
presentes en el parque del Castillo de Windsor para el concierto
de gala organizado para sellar el segundo día de celebraciones
en el Reino Unido por la solemne coronación del propio soberano
de 74 años y su consorte, la reina Camila.
"Pa todos estamos orgullosos de ti", comenzó el "delfín",
apostrofando al padre en forma familiar y convirtiéndose en el
vocero de la "gratitud" que millones de personas le atribuyen.
William luego elogió el compromiso raelizado durante tantos
años por Carlos a través de su propia fundación benéfica para
las personas "más desfavorecidas"; su sensibilidad hacia "todas
las religiones, todos los orígenes y todas las comunidades"; así
como sus batallas medioambientales en defensa del planeta
iniciadas hace medio siglo, "mucho antes de que este tema pasara
a ser de interés común".
Tras subrayar la importancia de la ceremonia de coronación y
calificarla de "magnífica", el príncipe conmovió a su padre
diciendo que estaba convencido de que su abuela, la difunta
reina Isabel II, también estaría orgullosa de él en este
momento: "habría sido una madre orgullosa".
Incluso hubo lugar para algunas bromas. Como cuando William
-jugando con la letra de "All night long", el título de un
famoso éxito de Lionel Ritchie, una de las estrellas
internacionales llamadas a animar la velada musical junto a
Andrea Bocelli, Katy Perry y otros- prometió no pronunciar su
(relativamente breve) discurso de "toda la noche".
Mientras que al final del discurso, el príncipe invocó el
compromiso colectivo de lealtad a Carlos III y reafirmó el
personal de "serviré a todos ustedes: al Rey, a la Patria y a la
Commonwealth".
Palabras que de algún modo marcan también la distancia con
su hermano menor Harry, un príncipe rebelde, en desacuerdo con
él desde hace tiempo, entre recriminaciones cruzadas tras la
separación de la Familia Real y el traslado con su esposa Meghan
y sus hijos a Estados Unidos: Harry, cuya presencia fugaz y
solitaria, como una especie de deber oficial, el rito de
coronación del sábado en la Abadía de Westminster, parece haber
dejado algunos rastros de amargura en Carlos, al menos para leer
los tabloides.
Pero en todo caso palabras que resonaron en un ambiente
sonriente y alegre en el parque de Windsor, puntuado por música,
luces y momentos en los que incluso la realeza a veces cantaba a
coro de pie.
Y donde en la tribuna -junto al Rey Carlos y la Reina
Camila- tomaron asiento el primer ministro británico, Rishi
Sunak, y otros dignatarios y personalidades, entre otros; así
como William, su esposa Kate y sus hijos George y Charlotte:
este último particularmente entusiasmado durante el sketch de
Miss Piggy, la famosa marioneta del Show de los Muppets. (ANSA).
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