La Comisión Europea y Túnez llegaron a un acuerdo para poner en marcha la "asociación operativa" contra el tráfico de migrantes propuesta a mediados de marzo por el Servicio de Acción Exterior de la UE, la cual fue recibida con entusiasmo por los veintisiete.
"Expertos de ambas partes definirán los detalles de esta asociación que permitirá una acción más eficaz contra la inmigración irregular", aseguró el ejecutivo de la Unión Europea.
La misión a Túnez de la comisaria de Interior, Ylva Johansson, dio así así sus frutos y se erigió como una pieza más de medidas para frenar el éxodo de personas desesperadas desde las costas africanas.
De hecho, en marzo se estimó que el 60% de las llegadas a Italia procedían de Túnez, que ahora suplantó a Libia como punto de acceso para las salidas.
En términos concretos, "se brindó apoyo para la protección de las fronteras marítimas y las fronteras del sur de Túnez, el fortalecimiento de la cooperación entre las autoridades policiales y judiciales, el fortalecimiento de la interacción con las agencias competentes de la UE, como Eurojust y Europol".
La parte europea está entonces lista para brindar un "apoyo significativo" para consolidar la capacidad de Túnez en responder al "recrudecimiento" de un fenómeno que debe ser percibido "en su totalidad y desde un punto de vista multidimensional".
En definitiva, por un lado, la pista por la que discurre la negociación para llegar a un acuerdo con el FMI y así salvar la economía, por otro las intervenciones prácticas en el frente de la inmigración irregular, un tema cada vez más delicado para las capitales europeas, tanto del norte como del sur.
Ese no fue un desafío fácil para un país que enfrenta una profunda crisis, también desde el punto de vista político y social.
La Comisión lo sabe y, por ese motivo, reconoció "los esfuerzos realizados por Túnez" en este campo y expresa su "solidaridad".
Sin embargo, las declaraciones racistas vertidas por el presidente Kaïs Saïed sobre los inmigrantes subsaharianos causaron preocupación y palabras de condena, tanto que la asociación pretende ofrecer soluciones, con "cooperación en la protección y repatriación de inmigrantes irregulares en Túnez hacia sus países de origen".
También, con un mayor apoyo de la UE a la "repatriación y reintegración voluntaria" en los países de origen, en pleno respeto de los derechos humanos.
En cuanto a lo específico de los tunecinos, aunque miles han huido en busca de una vida mejor, sus solicitudes de asilo casi siempre son rechazadas (solo se acepta el 2%.
De ahí el refuerzo de los distintos programas existentes de repatriación y reinserción, así como la puesta en marcha del "Talent Partnership", que pretende ofrecer una entrada regulada y simplificada en el mercado laboral europeo.
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS © Copyright ANSA