La Unión Europea (UE) evalúa dar más fondos a Italia para la emergencia migratoria.
En plena crisis y 24 horas después de la intervención del presidente italiano, Sergio Mattarella, sobre la necesidad de superar normas "prehistóricas" sobre el expediente migratorio, Bruselas certifica una nueva apertura a Italia para apaciguar lo que el propio comisario, Johannes Hahn, definió como "una emergencia".
La intervención del ejecutivo europeo, de hecho, constituyó la única novedad real surgida de un debate sobre la migración e sobre Italia en la Eurocámara que, por lo demás, vio sobre todo una reaparición del enfrentamiento entre el S&D y el PPE tras la apertura por Manfred Weber a la derecha.
En el Aula medio vacía, sin embargo, Hahn pronunció un discurso que parece responder a las peticiones del gobierno italiano de Giorgia Meloni.
El comisario explicó primero que la UE quiere más reubicaciones de inmigrantes desde Italia y luego subrayó que se están en curso conversaciones con Roma para aumentar los fondos europeos para afrontar la emergencia de los desembarcos.
"Debemos tratar a todos con dignidad y humanidad" pero también con "solidaridad, incluso para quienes gestionan las fronteras de desembarque, como Italia", fueron las palabras de Hahn, que confirmó el viaje a Túnez a finales de mes para el titular de Asuntos Internos, Ylva Johansson.
La misión apunta a relanzar la asociación con Túnez en un momento especialmente delicado por la crisis política que vive el país norteafricano.
El expediente migrante, a pesar de las constantes tensiones entre centro-derecha y centro-izquierda también en Europa, sigue con dificultad su proceso y la reforma del Pacto sobre Migración y Asilo llegó hoy a la mesa del diálogo tripartito, es decir, de negociaciones entre las instituciones europeas.
El miércoles, sin embargo, el encuentro corre el riesgo de estallar por la enmienda anunciada por el PPE a la revisión del presupuesto europeo: el objetivo de los Populares es permitir que los fondos de la UE financien los muros antiinmigrantes.
"Si se aprueba la enmienda está en riesgo nuestro voto sobre la reforma", advirtió la jefa del S&D, Iratxe García Pérez.
"Weber es desconcertante, parece que su modelo es (el presidente turco Recep Tayyip) Erdogan y (su par húngaro, Viktor) Orban", protestó el jefe de la delegación del Partido Demócrata (PD) Brando Benifei en la Cámara.
"El objetivo de Meloni es explotar el expediente con fines electorales", "es populismo de extrema derecha", presionó el socialista español Juan Fernando López Aguilar, presidente de la comisión Libe.
"A Europa pedimos una línea de realismo y solidaridad", replicó el jefe de delegación de la Fdi (Hermanos de Italia), Carlo Fidanza, encontrándose inmediatamente del lado de la Liga.
"¿Cuán solidario es París que rechaza a los inmigrantes en Ventimiglia?", es la pregunta que hizo en la sala Silvia Sardone en un debate nacido como iniciativa del PPE, pero cuyo título fue cambiado con un ataque de S&D y los Verdes. Un debate que parece ser solo la primera etapa de un enfrentamiento que corre el riesgo de extenderse hasta las Europeas.
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