Sí a la reforma jubilatoria, choques en París

Sindicatos en pie de guerra tras el OK de los "sabios".

Protesta contra la reforma a la ley jubilatoria en Francia (foto: ANSA)
Protesta contra la reforma a la ley jubilatoria en Francia (foto: ANSA)

(ANSA) - PARIS, por Tullio Giannotti - "Pedimos a (Emmanuel) Macron que no apruebe esta ley. Si lo hace, no podrá controlar más el país, no se gobierna contra el pueblo": las palabras de Sophie Binet, la flamante secretaria del sindicato más poderoso, la CGT, contrastan con su sonrisa.
    Los sindicatos y la oposición, luego de tres meses de protesta, están en pie de guerra, preparados para todo: pocos minutos después del anuncio de luz verde del Consejo Constitucional a la casi totalidad de la cuestionada reforma jubilatoria, centenares de personas se reunieron, bajo la lluvia, en el Hotel de Ville, sobre la Promenade des Anglais, en Niza, en Marsella, en Toulouse, en Lyon y en decenas de otras ciudades.
    En menos de una hora, las manifestaciones espontáneas se transformaron en marchas, una directo a Concorde, otras espontáneamente hacia République y la Plaza de la Bastilla.
    En la Rue de Rivoli se consumaron los choques más violentos con la policía, las vitrinas hechas añicos y los incendios de los cestos de residuos. En llamas, justamente frente a las ventanas de la alcaldesa Anne Hidalgo, un entero expositor de bicicletas eléctricas.
    "Hasta ahora rechazamos la invitación de Macron para sostener un encuentro el martes próximo", expuso la batalladora Sophie Binet, rodeada de manifestantes, con un sombrero en la cabeza y una bufanda roja al cuello.
    La invitación para un encuentro pacificador llegó a primera horas de la tarde del jefe del Eliseo, pero las partes están ahora más lejos que nunca. El veredicto de los sabios -con la aprobación del artículo que aumenta de 62 a 64 años la edad mínima para jubilarse, los correctivos sociales y el referéndum popular sobre la reforma- representa un cambio drástico.
    "La lucha continua", sintetizó el tribuno de la izquierda, Jean-Luc Mélenchon, las huelgas se multiplicarán, las manifestaciones -con sus coletazos a menudo violentos- seguirán. Esta tarde fue solo un anticipo, decenas de desfiles están ya previstos para mañana, y los sindicatos y la oposición están trabajando en una jornada de protesta general ya anunciada para el 1 de mayo.
    La sentencia de los sabios, que alguno previó pero que contradice la mayoría de los constitucionalistas llamados a arriesgar sus previsiones por los medios en los días pasados, destruyó cualquier esbozo de diálogo social que fue pensado en las últimas horas.
    Estrategia diferente, pero igualmente de oposición total para Marine Le Pen, que observa, antes que nada, 2027 y sus ambiciones presidenciales: "La suerte política de la reforma jubilatoria no está decidida, el pueblo tiene siempre la última palabra y competerá al pueblo preparar una alternativa que haga que esta reforma sea inútil e injusta".
    "Esta tarde no hubo ni vencedores ni vencidos", dijo la premier Elisabeth Borne, al intentar apaciguar los ánimos, mientras los servicios de comunicación de su gobierno tomaban nota de las decisiones favorables de los sabios y anunciaban que "con esta reforma el sistema jubilatorio francés se equilibrará en 2030". (ANSA).
   

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