El Tribunal Administrativo Regional (TAR) de Trento suspendió hoy la orden de matanza de la osa identificada como JJ4 firmada el 8 de abril por el presidente de la Provincia de Trento, Maurizio Fugatti, luego de que se comprobara que el animal atacó y mató a un corredor, lo que ha disparado espinosas controversias.
La decisión de la justicia fue anunciada en las redes sociales por la asociación LAV, que interpuso un recurso contra la medida de sacrificio del animal en los últimos días. Es la segunda vez que el TAR de Trento suspende una orden para matar al JJ4.
La primera, fechada el 24 de junio de 2020, también firmada por Fugatti, tras el ataque en el Monte Peller que sufrieron dos excursionistas, padre e hijo. Y la segunda, relacionada con el reciente caso de A diez días del hallazgo del cuerpo del joven corredor de montaña Andrea Papi en los bosques del monte Peller, en el norte de Italia, los osos a los que se busca para darles caza en el Trentino son dos, pero la Justicia ha frenado esa acción.
Papi, de 26 años, salió a entrenar en la región de Trentino y, según apuntan las primeras investigaciones policiales, se encontró de cara con uno de los numerosos osos que habitan en esta zona. Parece ser que el joven se defendió con sus bastones, pero poco más pudo hacer.
"Queremos justicia de parte de aquellos que no lograron encontrar el equilibrio adecuado cuando llegó el momento", afirmó este viernes Carlo Papi, el padre del corredor masacrado por la osa, entrevistado por la RAI1.
"Lamentablemente este sistema no funcionó. Lo que se hizo con el programa estatal Life Ursus (de protección a los osos, NDR) se salió de control. Muchas cosas no las contó la gente porque tiene miedo", agregó la madre de la víctima, Franca Ghirardini, quien relató cómo su hijo solía salir con el perro para correr en el bosque.
"Esperamos que nuestro mensaje llegue a todo el mundo, porque solo así podremos hacer justicia. No queremos venganza, buscamos justicia y verdad para Andrea", concluyó el padre.
Durante la entrevista, los abogados de la familia, Maura Cravotto y Marcello Paiar, también objetaron que no haya reconstrucciones oficiales del ataque al corredor.
"No es correcto matar a un oso, pero hay que respetar ese pacto de convivencia en un lugar donde los osos ya no están acostumbrados. Nunca me permitiría cuestionar la vida de un oso, pero un oso de cada 100 no marca la diferencia, especialmente en una población que ha pasado de cero a cien en 25 años", dijo, a su vez, el director del Parque Nacional de Abruzzo, Lazio y Molise, Luciano Sammarone, en diálogo con ANSA.
"Derogar este contrato significa cuestionar el plan de acción inicial y luego dar alivio a todos aquellos como Fugatti, el presidente de la Provincia de Trento, que dice que hay demasiados osos", añadió.
"Cuando se lanzó el proyecto Life Ursus, que preveía la reintroducción de osos en Trentino, se definieron una serie de protocolos y procedimientos: una acción correspondía a cada circunstancia. Por ejemplo: el oso entra una vez en un gallinero, no pasa nada, el oso entra diez veces en un gallinero, procedemos a la disuasión, el oso ataca a las ovejas, procedemos a la marginación", detalló Sammarone.
"Dentro de este protocolo, el Plan de Acción Interregional para la Conservación del oso pardo en los Alpes centro-orientales (Pacobace ) hay acciones que prevén el caso de que un oso mate a una persona: el oso debe ser removido. No se acordó eso por malicia hacia los osos, pero ante este pronóstico, la gente de Trentino dijo , 'estamos bien con eso, estamos de acuerdo'. Ahora no es correcto matar a un oso, sin embargo, si lo prevés al principio, como si fuera una especie de contrato, ante la ocurrencia del evento, hay que cumplir esa predicción", acotó.
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