Una parte de la ciudad de Bucha está rodeada por un bosque de pinos altos y densos, mientras existe un gran parque equipado que espera la primavera después de la última nevada de marzo: antes del 24 de febrero de 2022, esa ciudad satélite, a una hora en coche de Kiev, se presentaba como un destino ideal para familias y parejas jóvenes, que buscaban un estilo de vida confortable.
Pero hoy la ciudad lidia con su herida más profunda, exactamente un año después de la liberación de lo que ahora se conoce en el mundo como el escenario del horror.
En ese sentido, el alcalde de Bucha, Anatolii Fadoruk, explicó a ANSA la complejidad de ese momento, como atrapado entre un dolor indeleble y el deseo natural de futuro.
"El 31 de marzo de 2022 fue probablemente el día más feliz de todos: no solo para mí, sino también para los ciudadanos de Bucha que se habían quedado en la ciudad durante la ocupación de las fuerzas rusas, cuando había poco más de 3.000 personas aquí", contó el alcalde.
"Aquellos que sobrevivieron a la tortura y a la violencia celebraron hace un año como si hubieran nacido de nuevo. Porque los rusos mataron y torturaron a sabiendas a los civiles, sembrando el miedo: fue un genocidio. Por supuesto que es imposible olvidar y más aún perdonar a los rusos por lo que le han hecho a mi ciudad. Pero al mismo tiempo nuestro objetivo es que se haga justicia", agregó.
Además, el alcalde reflexionó sobre la necesidad, por un lado, de honrar y preservar la memoria y, por el otro, sobre la importancia de "escribir una página más en la historia de nuestra ciudad".
Volviendo a esos días, a la liberación, Fadoruk subrayó que hay dos imágenes recurrentes en su mente: "Esos cuerpos pero también la ciudad desierta. En particular los días que siguieron al 31. Miré a mi alrededor y me di cuenta de que no había nadie, por eso una de nuestras tareas es que la gente vuelva".
"Y eso es lo que estamos haciendo: estamos reparando los edificios para que puedan volver. Residentes de todas las edades, tanto jóvenes como ancianos y familias que quieren crecer aquí", sostuvo. En los últimos 12 meses, el alcalde de Bucha recibió muchas delegaciones extranjeras en la ciudad.
"También vino Giorgia Meloni -subrayó-, al principio vi en ella a la premier, el papel en el que llegó, pero después del poco tiempo que pasó por aquí, entre las fosas comunes y la iglesia de Sant'Andrea, vi al ser humano y sus emociones".
Otro asunto pendiente en el objetivo de la reconstrucción tiene que ver con la recuperación económica y la modernización más sólida posible, destacó el alcalde.
"Lo dije antes y lo diré de nuevo: desearía que no pensaran en esta guerra como en algún lugar de Ucrania, sino que es una guerra en Europa del Este. Y si nosotros, los ucranianos, junto con nuestros socios internacionales no los detenemos, entonces querrán llegar a Roma, Milán, Lisboa".
"Invertir en Ucrania significa invertir en su seguridad", añadió.
¿Y en un año? ¿Qué prevé? "El segundo aniversario de la liberación", responde Fadoruk.
"Lo que quiero es que en el segundo aniversario la guerra pueda ser un recuerdo y finalmente pensar en el desarrollo, la modernización, el futuro de nuestros hijos, las necesidades de nuestros mayores", completó.
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