En París, en esta décima jornada de movilización nacional llamada por las partes sociales, los manifestantes fueron 450.000 según el sindicato CGT, 93.000 de acuerdo con la policía. El jueves fueron 800.000 según los sindicatos y 119.000 puntualizó la policía.
Después de la violencia incendiaria de la semana pasada, entre la protesta de París y luego, la del sábado, aquella en Sainte-Soline, el temor por el orden público era elevadísimo. El ministro del Interior, Gérald Darmanin, ordenó la presencia de 13.000 agentes a custodiar las más de 200 manifestaciones en toda Francia, de las cuales solamente 5.500 en París.
Un dispositivo de seguridad definido como "inédito" por el propio ministro y que probablemente contribuyó a contener desviaciones, aunque la violencia no faltó esta vez. Choques se sucedieron en París a fines de la tarde, cuando el cortejo pacífico de los sindicatos partió de la Plaza de la República se halló bloqueado a lo largo del Boulevard Voltaire, rehén de un grupo de radicales vestidos de negro. rodeados a su vez por un muro de agentes antimotines.
Los agitadores prendieron fuego a algunos contenedores de basura y los agentes franceses, también ellos acusados de heridas y violencia en estas últimas semanas, replicaron con cargas y lanzamiento de gas lacrimógeno. En la noche eran 22 los detenidos y 10.000 requisadas por las fuerzas del orden.
A más de la capital, tensiones entre la policía y franjas radicales fueron señaladas en Nantes, donde una agencia bancaria fue incendiada y fue blanco el tribunal administrativo, pero también en Rennes y Estrasburgo. En la capital alsaciana, histórica sede del Europarlamento, estaciones de tranvías fueron vandalizadas, con quema de residuos en el barrio de Krutenau. Un boletín igualmente inferior a los días pasados.
La oposición a la reforma jubilatoria surgió desde que la premier premier Elisabeth Borne, por mandato de Macron, decidió el 16 de marzo recurrir al cuestionado artículo 49.3 de la Constitución que garantiza el pase de una ley sin voto de la Asamblea Nacional, pero con confianza en el gobierno.
La hostigada reforma que prevé la suba progresiva de la edad jubilatoria de 62 a 64 años, está actualmente al examen de la Corte Constitucional, que debería expresarse al respecto en tres semanas.
Para salir del impasse, Laurent Berger, secretario de la CFDT, el principal sindicato de Francia, primero propuso dejar en suspenso la reforma -iniciativa rechazada por fuentes cercanas a la premier- y después pidió una "exit strategy" con una mediación que pueda llevar a "un compromiso social".
También esta solución fue descartada por el gobierno.
"No tenemos necesariamente que recurrir a una mediación para hablarnos", declaró esta mañana el vocero del Ejecutivo, Olivier Véran, mientras ayer Macron dijo a los suyos que desea "continuar tendiendo una mano a las interlocutores sociales", pero sobre otros temas respecto a las pensiones.
Respuesta "insoportable", rebatió Berger en el muro contra muro con el Ejecutivo. "Si el gobierno quiere salir con la frente alta, debe suspender la reforma. Más espera, más estará complicado", se hizo eco el secretario general del sindicato Force Ouvrière, Frédéric Souillot, prometiendo otras huelgas y movilizaciones.
Esta mañana un millar de manifestantes invadieron las vías de la estación París-Lyon, entre las principales estaciones de París, causando retrasos a un sistema de transportes ya paralizado por fuertes descontentos.
Luego del cierre, en forma sorpresiva, el lunes por la mañana, del museo del Louvre, hoy permanecieron cerrados otros monumentos símbolo de Francia como la Torre Eiffel, el Arco del Triunfo, y el castillo de Versalles.
Se observa, en cambio, un mejoramiento de la situación de los residuos en París: anunciada para mañana la suspensión de la huelga de los recolectores de residuos que transformó la capital en una suerte de vertedero a cielo abierto.
Preocupación, finalmente, por la situación social del país fue expresada por los obispos franceses, reunidos en un congreso en Lourdes, mientras los sindicatos anunciaron la undécima jornada de movilización nacional para el 6 de abril.
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