(ANSA) - MOSCU, 10 MAR - El gobierno de Moscú interpretó las
protestas de los últimos días en Tiflis como una crisis
orquestada desde el extranjero, es decir, desde Estados Unidos,
con el objetivo de provocar "un cambio de poder por la fuerza"
en Georgia.
Tales protestas obligaron al gobierno a retirar la
controvertida ley sobre los "agentes extranjeros", similar a la
rusa.
Por su parte, Washington respondió con denuncias de
actividades desestabilizadoras rusas en Moldavia.
Se trata de un intercambio de acusaciones que confirma el
riesgo de que el conflicto ucraniano pueda tener repercusiones
en los dos pequeños países de la región.
Sobre el terreno, Kiev aseveró haber tomado represalias con
al menos 13 bombardeos aéreos y de artillería contra las tropas
rusas y los centros logísticos en respuesta a los ataques con
misiles que se efectuaron el jueves.
Al respecto, el diario Financial Times escribe que Kiev
recibió "uno de los dos sistemas de defensa aérea Patriot
prometidos por Estados Unidos y Alemania, pero aún no está
operativo", mientras que se esperan otros de los Países Bajos.
Las provisiones aún resultan escasas para las necesidades de
la defensa ucraniana, especialmente de cara a los misiles
hipersónicos Kinzhal utilizados ayer por los rusos.
Los líderes militares de Moscú evitaron hacer comentarios
sobre las capacidades militares de Ucrania, pero Yevgeny
Prigozhin, jefe de las milicias privadas de Wagner,
comprometidas en las primeras filas, especialmente en la batalla
de Bajmut, en el Donbás, las toma en serio.
"Es un hecho conocido -afirmó- que el enemigo está
preparando una contraofensiva, y naturalmente estamos haciendo
todo lo posible para impedirlo".
Para luchar contra lo que llama la "resistencia colosal" en
Ucrania, Prigozhin anunció la apertura de centros de
reclutamiento en hasta 42 ciudades rusas.
Y, mientras tanto, sigue lanzando sus flechas contra la
"burocracia militar" de Moscú, acusándola no sólo de no
suministrarle las municiones solicitadas, sino de haberlo
aislado.
"Para frenarme -se quejó- me bloquearon todos los teléfonos
especiales en todas las oficinas y todos los pasajes a los
departamentos responsables de las decisiones".
Algunas voces en el ejército ucraniano parecen casi competir
con Prigozhin al denunciar las dificultades de su lado en la
batalla de Bajmut.
"La situación se intensificó, el enemigo continúa la
ofensiva e intenta romper la defensa de las fuerzas ucranianas",
aseguró, por su lado, la viceministra de Defensa, Anna Malyar.
Entretanto, crece la tensión en Moldavia y Georgia, cerca de
la zona de conflicto.
"No hay amenazas militares directas de Rusia contra
Moldavia, pero sí tenemos información de intentos de Moscú de
desestabilizar el país", aseguró el portavoz de seguridad
nacional de Estados Unidos, John Kirby.
Por el contrario, el canciller ruso, Serghei Lavrov, habló
de un intento de golpe de Estado en Tbilisi. Algo, subrayó, que
recuerda a las protestas en Kiev que llevaron a la caída del
presidente prorruso Víctor Yanukóvich, en 2014.
Mientras, tras días en los que la Unión Europea y Estados
Unidos declararon, sin reservas, su apoyo a los manifestantes
antigubernamentales georgianos, el presidente francés, Emmanuel
Macron, pareció tomar distancia con declaraciones en las que
denunciaba "las fortísimas presiones" que pesan sobre Georgia y
"las preocupantes movimientos" que recorren el país.
Las acusaciones de Moscú contra Estados Unidos también se
refirieron al sabotaje del Nord Stream, el pasado mes de
septiembre, en aguas del Mar Báltico.
"Nos queda claro que Washington es responsable de este acto
terrorista sin precedentes", dijo el viceministro de Relaciones
Exteriores, Sergei Ryabkov, mientras Moscú sigue pidiendo una
investigación internacional. (ANSA).
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