Esta es la lectura que hace de la crisis actual Andrei Sushentsov, decano de la Escuela de Relaciones Internacionales de MGIMO, la universidad del ministerio de Relaciones Exteriores de Moscú donde se forman los diplomáticos rusos, y miembro de varios órganos consultivos estatales en política exterior.
El conflicto en Ucrania, dijo Sushentsov a ANSA, es un aspecto del enfrentamiento por la redefinición del equilibrio global, 30 años después de la caída de la Unión Soviética.
"Este conflicto -observó- tiene una base objetiva, que Rusia ha destacado en sus agravios hacia Occidente: no se puede construir un sistema de seguridad exclusivo en Europa".
"Si este problema no se soluciona, seguirá apareciendo.
Debemos respetar las líneas rojas de los demás y las preocupaciones rusas deben abordarse. Los objetivos de Moscú son muy limitados: reducir las amenazas de la OTAN a la seguridad rusa. Pero escuchando el discurso de Joe Biden en Varsovia, parece que Estados Unidos está convencido de que puede resolverlo todo con la fuerza militar", analizó.
Entonces, ¿es esta una nueva Guerra Fría? "De alguna manera - respondió Sushentsov - se parece a la primera fase de la Guerra Fría, cuando Estados Unidos y la Unión Soviéta aún no habían construido un sistema de contención mutua".
"Ahora vemos mucho entusiasmo en el lado estadounidense. Del discurso de Biden entendemos que están dispuestos a invertir muchos recursos para la derrota estratégica de Moscú y consideran factible esa derrota, así que vamos hacia un posible enfrentamiento directo", advirtió.
Por ejemplo, dijo, "ahora se habla de enviar aviones militares a Ucrania, y la historia nos enseña que cuando esto pasa, normalmente se envían también pilotos".
Pekín, que recientemente envió a Moscú al jefe de la diplomacia del Partido Comunista Chino, Wang Yi, dice que quiere favorecer una solución diplomática al conflicto ucraniano, pero Washington lo acusa de querer armar a Rusia.
Según Sushentsov, "China está tratando de reducir las tensiones. Le interesa mantener la paz para tener tiempo de seguir creciendo y superar a Estados Unidos".
Pekín, sostuvo, "espera que la globalización pueda seguir funcionando y que un orden económico centrado en China pueda emerger pacíficamente. Pero no podemos descartar una crisis militar para Taiwán. Estados Unidos, de hecho, está presionando a China, porque está convencido de que el tiempo no juega a su favor. Y, por lo tanto, está tratando de expandir la crisis a un nivel global".
¿Y Europa? "Desde Moscú no tenemos en Europa un interlocutor sistémico con el que intentar solucionar el problema. Los europeos deberían entender que pagarán el precio de lo que está pasando.
Los países del este de la Unión Europea son los más extremistas en anti- política rusa, pero dado el tamaño de sus economías, al final no serán ellos los que tendrán que pagar los costes, sino los países más ricos", explicó.
Aseguró que Rusia "tiene otras opciones estratégicas, pero Europa no, dependerá únicamente de Estados Unidos".
"Los líderes europeos deberían preguntarse: '¿Cómo nos va a beneficiar todo esto exactamente?' En cambio, prima el entusiasmo y las emociones, como si se tratase de un partido de fútbol. Sería necesario un mayor realismo y comprender que Rusia no podrá desaparecer de todos modos", indicó.
"Los estadounidenses tienen todo que ganar con esta guerra, no necesitan una paz estable en Europa. Pero si los europeos toman una posición, Estados Unidos entenderá que también tiene que hablar con ellos", concluyó.
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