En el Consejo Europeo con matrícula Volodimir Zelensky el riesgo es que, una vez partido el presidente ucraniano, se desencadene un todos contra todos en dos principales temas en la mesa: el plan industrial UE y la migración.
    Giorgia Meloni deberá jugar una partida de ajedrez a escala europea, en la que los tradicionales despliegues -entre los nórdicos y los países del Mediterráneo- resultan casi revolucionados.
    Las conclusiones de la cumbre son aún objeto de limaduras y, en este delicado trabajo en proceso, Roma se moverá sobre tres ejes: sacar provecho de la plena flexibilidad en el uso del PNRR, frenar la carrera a las subvenciones que podría desencadenar el previsto nuevo retraso del régimen de las ayudas de Estado y obtener, en el frente de los migrantes, el reconocimiento de la especificidad de Italia. País marítimo que, aún queriendo, no podría alzar las barreras que muchos, en Europa, hoy piden.
    En Bruselas la entera mañana estará dedicada a la guerra y, sobre todo, a escuchar a Zelensky. El número uno de Kiev hablará en el Consejo Europeo y tendrá una serie de bilaterales, incluso una con Meloni.
    Zelensky llega a Bruselas desde París, luego de haber visto al presidente Emmanuel Macron y al canciller alemán Olaf Scholz.
    Y la jugada del Eliseo (y de Berlín) no paso ciertamente desapercibida al Palazzo Chigi.
    En ambientes de gobierno el comportamiento del presidente francés fue explicado con una cierta voluntad de protagonismo, ligada quizás incluso a los problemas internos, entre huelgas y protestas contra la reforma de las jubilaciones.
    Por lo demás, en el giro de un puñado de horas, es la segunda vez que Francia y Alemania actúan al ataque: el martes en Washington estaban Bruno Le Marie y Robert Habeck tratando con Estados Unidos los efectos del Inflaction Reduction Act (IRA).
    La respuesta europea al IRA debería ser el último dosier en el centro de la cumbre. El objetivo es afrontarlo la tarde-noche del jueves pero no se excluye que se lo haga el viernes. La necesaria prudencia acerca de las ayudas de Estado -la primera intervención en el lugar de trabajo de la Comisión- une a Italia a los frugales en un frente que ve, en la ribera opuesta, a Francia y Alemania.
    Paralelamente, como explicó el ministro para los Asuntos UE, Raffaele Fitto, en el Parlamento, el gobierno apunta a una propuesta UE para un fondo soberano ya antes del verano. No será fácil. La hipótesis del nuevo débito común no place a muchos, París incluida. Mejor, para Meloni, apuntar ahora sobre la flexibilidad de los fondos existentes: aquellos del PNRR y del RePowerEu.
    En las conclusiones se citan la necesaria "proporcionalidad" de las ayudas de Estado y "la flexibilidad" en el uso de los fondos existentes. Cuanto sea el margen que tenga Italia será objeto de tratativa de aquí al 30 de abril, término último para presentar los PNRR modificados.
    La cumbre del jueves será solo el primer tiempo de la partida de los 27 sobre el plan industrial y migrantes. Acerca de este último punto en la UE está emergiendo un frente "pro-muros" que va de Hungría a los Bálticos, de Malta a Grecia.
    Hasta Austria que, por boca del canciller Karl Nehammer, amenazó con el veto a las conclusiones de la cumbre si no se toman medidas concretas.
    "La política de Schengen falló", fue el ataque de Viena. El financiamiento a las barreras será tema de la cumbre, confirmaron fuentes europeas, subrayando que, desde el punto de vista legal, "es posible usar fondos UE para infraestructuras estables si está previsto un punto de ingreso".
    La cuestión, agregó, "es política". Y la política, en UE, vira hacia una más rígida protección de las fronteras. Las conclusiones, sobre el pressing de más capitales, podría incluir el refuerzo -también con ulteriores fondos- del control de las rutas terrestres, Balcanes in primis.
    Italia, paralelamente, pone el acento en la inserción, en el texto, de la "especificidad" de las fronteras marítimas. En el agua no se pueden construir barreras y, en el mar, los confines son más lábiles, el peligro de muerte para los migrantes más alto, las cuestiones de derecho internacional más complejas.
    Sobre todo esto, la premier solicitará atención. 
   

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